2007/08/21

Crisis existencial

Hoy he tenido una visión. He visto un mundo de idas y vueltas, de continuos golpes de péndulo, donde el progreso es atraso y el atraso lo nuevo, la moda, las tendencias impuestas por la bestia de la irracionalidad, por el devenir de lo salvaje en un mundo de alimañas, donde sólo las más voraces sobreviven, donde sólo el mancillado e inmundo hedor de la autocomplacencia más pueril y animalesca adornan el macabro paisaje con pequeñas lucecitas que jamás conseguirán apartar las sombras de esta nuestra planicie de lo vulgar. He visto un mundo donde los sueños de la razón producen monstruos, como ya dijera Goya, donde las personas agarran sus garrotes mentales y se lían a mamporros en la tormenta de la vida, gimiendo, sufriendo, aplastando craneos y pisoteando esperanzas... Y al final, éste es el mundo que nos queda, una realidad que, en el fondo, nunca ha cambiado.

En efecto, desde que el hombre es hombre, así son las cosas. Diera la impresión de que si avanzamos en unas direcciones, retrocedemos en otras, realmente a veces no me parece tan claro por qué se supone estamos mejor que antaño, sino por habernos creado unas necesidades inexistentes que, de no colmar, nos hacen sentir inseguros si no infelices. Confundimos libertad con amoralidad, justicia con miedo, valentía con picaresca, esperanza con inconsciencia... Hay alguien por aquí que, al menos hace años, creía en el hombre... uy, uy, uy. Yo prefiero creer en el Señor, aunque no exista. Hace unos post decía que, si es cierto que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, tal vez sea por esta particular maldición: la de percibir que se podría llegar a mucho más, la de ser totalmente conscientes de nuestras propias limitaciones, incluso entender perfectamente los mecanismos que racionalmente sabemos nos proporcionarían una mejor vida, a todos nosotros, mirar más allá, entenderlo... ¡y ser incapaces de alcanzarlo!!! ...triste. De hecho, si el ser humano fuera "bueno", sin ir más lejos, todos los sistemas políticos funcionarían a la perfección, por ejemplo... ¿acaso es falso presumir que se alcanzaría un estado cuasi paradisíaco de la existencia?

Por eso, supongo, he escrito ese pedazo de post sobre la moralidad, porque realmente quiero pensar que se puede llegar, porque es falsa la idea que nos venden de que para disfrutar hay poco menos que arrasar con todo, eslogan tan recurrente en todas y cada una de sus grotescas variantes -estar al loro, en la onda...- como rotundamente falso. Pero, a veces, no sé... por otro lado siempre hemos basado la rectitud en un caminos sembrado de barreras, prohibiciones y castigos... más basura. Parece claro que no somos responsables e igualmente parece que nadie tiene derecho a imponernos unas pautas, ¿acaso no existe el sentido común, la decisión madura, la consciencia propia de las personas? Diera la impresión de que siempre anhelamos lo que no tenemos, también en lo existencial, como si tuviésemos la esperanza de encontrar una solución que en el fondo sabemos no existe. No hay salida.

Naturalmente no tengo esta reflexiones a diario, todos necesitamos desconectar, pero 1- para eso no escribo en un blog y 2- me ha pasado algo que, a raiz de mi último post sobre la moral, me hace pensar que desde luego ¡manda huevos! Voy con ello... Resulta que, hace varias mañanas, en la librería, mi padre se encontró una gotera en el baño del patio, debida al constante goteo de una cañería general de la comunidad de vecinos. Como no podía ser de otra forma, mi querido progenitor, afectado en este caso de forma directa, se puso manos a la obra para resolver el asunto, llamadas al administrador, el seguro y el fontanero de la comunidad incluidas. Después de unas horas, el problema se resolvió cortando el suministro de agua a una casa en concreto, cuya dueña estaba de vacaciones y por cuya sección de tubería escapaba el agua. Pero hace poco una chica recién llegada de vaciones, bastante mona, con su vocecita de niña buena y su carita de no haber roto un plato, ha venido a la tienda pidiendo ayuda, pues resulta que desde la casa de la señora continuaba la cañería a otros pisos, cosa por otro lado bastante inusual. Mi padre, que había encontrado su particular solución temporal, se ha visto obligado, entiendo que sintiéndose algo responsable, a montarle a la niña un palo largo -con cinta adhesiva, una percha, una escoba y una fregona- para que desde la ventana pueda abrir y cerrar la llave de agua; le ha dicho que tenga mucho cuidado y que sólo la abra para llenar jarras, ducharse, etc., que si no gotea y es una faena, hasta que venga el fontanero para arreglarlo definitivamente... ... ... y ahí está la llave, abierta, soltando agua en el patio desde hace días y esa inútil persona no tiene ni el decoro de bajar a decir que no sabe cerrar, o no quiere vaya, y ella a su bola, jajaja, ¡pero qué lista que es la cabrita! ¡Es todo un genio! ¡Pero cómo se le habrá ocurrido, qué idea! Voy a hacer lo que me de la gana y los demás, que por cierto me han ayudado, pues que se apañen, total yo tengo el problema resuelto...

Moraleja: si mi padre hubiera dicho la verdad, que no era su responsabilidad, ahora podríamos irnos de vacaciones sin la sensación de que dejamos el tema a la deriva. Moraleja 2: de no haber podido abrir el agua con el invento de mi padre, ya lo creo que la zorra se habría encargado de remover el cielo hasta que hubiera llegado el fontanero. Moraleja 3: la gente va a su puta bola, en la comunidad solo consideraron que tenían un problema cuando inicialmente se cortó la llave general por horas y ya nadie tenía agua. Moraleja 4, autocrítica 1: de hecho, mi padre sólo se molestó inicialmente porque la avería le afectaba, si se cala otra casa... muy humano, sí señor. Moraleja 4, autocrítica 2: mi padre sólo ayudó a la chica por sentirse responsable, no por solidaridad. Moraleja 5: ¡a tomar por culo! Gracias.

Un saludo!