2016/10/19

Los videojuegos y los meapilas

Últimamente se respira en esta nuestra Europa, en este nuestro occidente, un ambiente de censura que es para cagarse. Esto ocurre, invariablemente, cuando las palabras tolerancia, libertad y progreso se pervierten para representar, en realidad, un tipo de tolerancia, de libertad y de progreso muy definidos y en una sola dirección. Resumiendo: una patraña que muchos nunca hemos llegado a creernos.

La famosa libertad y tolerancia se usó como arma arrojadiza para derribar viejas concepciones, lo cual no me parece mal, pero mientras tanto se estaban levantando otras igual de monolíticas, disfrazadas además con el halo del buenrollismo. Diría que incluso peores, ya que encima eran relativistas, acomodaticias, siempre en función de quién manda por supuesto.

Sin embargo, la mugre tras la brillante barrera ideológica no podía permanecer siempre escondida. Empieza a aflorar, a rezumar, e incluso los propios presos, muchos aún cómodos entre cuatro paredes, se empiezan a cuestionar en qué consiste exactamente esa supuesta tolerancia. Estamos viviendo unos tiempos en que la gente empieza a ser desafecta de las consignas oficiales, y por eso vemos que populistas de manual triunfan en el panorama político de muchos países desarrollados. Es el precio por haber tratado a la gente como ganado.

Y escribo esta enrevesada introducción para hablar de videojuegos. Es un tema que he tocado alguna vez, y es que éstos no están libres de la censura, o quizás sería más apropiado hablar de pre-censura, cuando ni siquiera hace falta prohibir porque la gente ya se prohíbe a sí misma. Concretamente, son ya varios los juegos que no han salido del mercado asiático para evitar polémicas en el puritano occidente, donde a las primeras de cambio la mujer se puede ver denigrada según dicen.

Vamos a ver, pongamos como ejemplo de partida el cine o la TV. Se suele decir que es hipócrita condenar las escenas sexuales a la vez que se permite toda clase de violencia, pero yo le veo sentido. En una peli de guerra nadie muere, es todo mentira. Por contra, en una peli porno hay indudablemente dos o más personas practicando sexo real. Este argumento, por cierto, también lo suscribía Juan Carlos Monedero al entrevistar a Amarna Miller. Por consiguiente, es comprensible y no tan hipócrita como dicen que la violencia, siempre que sea falsa, sea más tolerada que el sexo, a fin de cuentas no solo real, sino encima explícito. Siendo justos, cuando el sexo tampoco es real, sino simulado, nadie suele clamar al cielo, que se lo digan si no a Juego de Tronos, todo un fenómeno mediático. Y es que, obviamente, en igualdad de condiciones, no creo que nadie considere el sexo como algo más condenable que ningún tipo de violencia, faltaría más.

Bien, en los videojuegos nada de esto ocurre. Esta distinción pierde todo sentido. Ahí todo es falso. No hay nada real. Ni siquiera las personas son reales, ni siquiera están actuando: son bits. La única persona real es uno mismo, en la intimidad de su casa, sin molestar a nadie, viviendo una experiencia personal. Ya sea matando a cientos en una verdadera orgía de sangre, o contemplando los pechos imposibles de una muñequita neumática a ritmo de gamepad, todo son fantasías, todo son juegos en definitiva.

¿De verdad van a empezar a censurar ahora juegos porque la dignidad de la mujer está cuestionada? ¿Me lo dicen en serio? Es una pregunta retórica: en una sociedad donde la gente está adoctrinada, no se espera que tenga criterios. Ergo es normal que los dirijan a golpe de consigna. Tan normal como triste, porque los datos de abusos machistas y maltratos a mujeres no bajan. Y no lo hacen porque no hay valores reales, sólo hay potitos ideológicos prefabricados. Se han empeñado en derribar una moral que no han sustituido por nada. Llevan años vendiendo sexo, diciendo a las mujeres que se liberen, a nosotros que nos lancemos, carpe diem y demás frases hechas, pero luego se llevan las manos a la cabeza por ver a una tetuda en un puñetero videojuego. Como decía al principio, tienen un cacao montado que ni ellos se enteran de qué está bien visto y que no. A medida que el cerco se estrecha, tienen que dar directrices hasta sobre las cosas más nimias, porque la gente empieza a ser incapaz de distinguir por sí misma.

Señores políticos o mandamases, si yo quiero ver a una tetona en un videojuego dando saltitos, por el amor de Dios, DÉJENME EN PAZ, que ni soy un violador ni un acosador ni gaitas, que es un juego, que no es real. Si puedo coger una escopeta y matar gente en los videojuegos, ¿no puedo ver unas tetas? ¡Ni siquiera existen!

Lo que más rabia me da de todo esto es que la supuesta igualdad envenenada que nos enseñan va en una sola dirección. Eso no es igualdad. Imaginemos que sale un videojuego donde, en vez de chicas en bikini, lo que hay son tíos cachas tomando el sol mientras hacen ejercicios en paños menores. Imaginemos los comentarios de los medios:

“¡Sólo es un poco de diversión!”

“¡Algo para que disfruten las chicas!”

“Poco a poco los videojuegos se abren al público femenino”

“¿Preparadas chicas? ¡Conozcamos a esos guaperas!”

Estoy seguro de que todo el mundo, hasta el más escéptico si ha llegado a leer hasta aquí, reconocerá que esto es una verdad como un templo. Entonces, aclarémonos: ¿somos distintos o somos iguales? ¿Ellas pueden ver tíos en tanga, pero nosotros no? ¿Porque se presupone que somos más fuertes, más grandes, retrasados mentales y todos violadores en potencia? En serio, a mí que me lo expliquen, pero que se lo expliquen antes a sí mismos.

En definitiva, y concluyo. Mirad, nunca he sido muy ligón, no puedo contar mis conquistas por decenas. No he hecho daño a una mosca. Y, a pesar de todo, encuentro divertido jugar a un juego con chicas ligeras de ropa que van dando espadazos a zombis, no pasa nada, no soy un depredador sexual por ello... ni creo en zombis por cierto. Soy un adulto, que por suerte conserva su criterio, y que distingue a una chica de carne y hueso en una situación real de un personaje digital en una simulación.

Si hubiera tanta igualdad como pretenden y las mujeres también consumieran este tipo de productos, no tardarían en sacar juegos específicos para ellas, con tíos cachas bien dotados. En su lugar compran cremas y ropa, y leen revistas donde salen otras chicas. ¿Una manipulación del patriarcado? ¿Un plan urdido por el gran sanedrín del falocentrismo? ¿Un bombardeo machista de los medios? Francamente eso daría para otro post, y mucho más largo. Miren, yo sólo quiero que me dejen tranquilo con mis juegos, poder elegirlos, y no tener que mirar al mercado asiático porque aquí no salen, no vayan a herir sensibilidades en nombre de la censura. Ya me encargo yo de distinguir la ficción de la realidad.

2016/10/06

¿Violadores del "patriarcado"?

Una amiga acaba de compartir en Facebook un enlace de Spanish Revolution, donde se recoge una conversación de Whatsapp de los tíos esos que están siendo juzgados por una violación en los San Fermines, y que al parecer en el pasado también violaron a otra chica.

Que esos tíos son gentuza no creo que lo discuta nadie, incluso en las circunstancias que les pudieran ser más favorables. Como poco, energúmenos animalizados, cuando no directamente violadores declarados. Sobre eso la justicia se pronunciará en breve, pero no parece que estos bellacos vayan a salir muy bien parados.

Lo que no acepto que me digan, como en el mencionado enlace, es que esos tíos son algo así como "hijos modélicos del patriarcado". Partiendo de la base de que no sé qué cojones es el patriarcado (juro que a mí nadie me ha dado unas consignas secretas), incluso poniéndonos en las posturas más machistas y anticuadas, un caballero siempre ha tenido que tratar con cortesía a una dama. Jamás se ha visto bien entre los hombres, al menos de nuestra cultura, la violación y el abuso de una mujer. Es más, se ha visto como algo deleznable por parte de un hombre que se considere como tal, y no es de extrañar que, en las cárceles, los violadores tengan que estar aislados ante el riesgo de recibir una paliza como poco. Entonces, ¿dónde diantres están los hijos legítimos del patriarcado? ...¿No serán más bien hijos legítimos del botellón? ¿De una sociedad con muchas normas prefabricadas, pero escasa moralidad?

Por lo tanto -y esto lo digo para todas mis amigas que me estén leyendo-, por favor, tened el criterio para distinguir lo que es el feminismo legítimo de esta basura de "ideología de género", que sólo pretende enfrentar y en última instancia aislar más, predicada por auténticos clérigos del sistema. No hay nada más patético en la vida que, de pronto, encontrar un "cofre de sabiduría" y adoptarlo como una especie de ideario sagrado propio, cuando se trata de ideas ajenas que llenan un vacío fruto de la falta de reflexión. Así se manipula a las personas y a la sociedad.

2016/09/29

Racismo rancio y el golpe de péndulo

A menudo critico la corriente políticamente correcta, esa por la que, de pronto, no se sabe muy bien quién ordena sobre qué se puede o no se puede hablar, y casi pensar. El tema del racismo está incluido en esto: por ejemplo, es estúpido que no se deba pronunciar la palabra "negro" y haya que decir chorradas como "subsahariano" en su lugar, ya ves tú.

Pero me doy cuenta de que, muchas veces, aplico mi propia ideología poniéndome a mí mismo como el ciudadano de a pie medio. Seguro que todos lo hacemos. Y tenemos que darnos cuenta de que la gente no es como nosotros. En mi caso -acusadme de inmodestia- suelen ser bastante más imbéciles. El otro día un amigo me contaba como una turba de energúmenos, en un búho nocturno, empezaron a pegar a un gay. Y hoy, en un establecimiento, he visto por parte del dueño uno de los comportamientos racistas más repugnantes que recuerdo. Hay un chico negro que suele ir bastante por allí y siempre me ha parecido que ambos tenían un rollo como de vacile mutuo, en plan broma. Pero hoy he podido ver claramente la impaciencia y la intolerancia en los ojos del dueño, cuando las bromas han pasado a mayores y se le ha visto el plumero. Tras decirle con mala leche algo así como "no me toques los cojones negro, que te suelto una hostia" por una tontería, mientras el chico miraba hacia abajo, el payaso al final me ha acabado diciendo a mí algo así como "¿sabes cuál es el deporte de éste? Correr delante de los tigres". Me han dado ganas de responderle que los tigres son de Asia, pedazo de paleto, pero he preferido marcharme sin reírle mucho la gracia.

Claro, el tema es que con esta gente, que obviamente es idiota, hay que aplicar la doctrina políticamente correcta, de no pienses por qué, sólo dilo o hazlo. Porque esta gente no puede pensar. No digo que me parezca bien, todo el mundo debería tener criterio, pero al ver un comportamiento racista tan ridículo me doy cuenta de que tal vez es necesario.

Ahora bien, ¿sabéis qué es lo irónico? Que ese comportamiento racista, o el homófobo del búho, tienen su fuente también en lo políticamente correcto, cuando meterse con los maricas era casi una obligación para el hombre decente, o cuando un "negrito" era muy salao, pero era como un sub-ser (que no subsahariano). Este tío, el dueño, es un rescoldo de eso, como sigue habiendo mucha gente aferrada a sus prejuicios. Pero hoy en día, entre lo políticamente correcto, nos están metiendo mucha morralla. Es inocente -y al mismo tiempo, precisamente, políticamente correcto- pensar que la corriente "intelectual" de moda, de pronto, es la bondad. Hay mensajes perversos entre las doctrinas imperantes, como la idología de género que nos quieren vender como un falso feminismo, la defensa del aborto como un derecho inalienable, la insinuación de la eutanasia como algo intrínsecamente digno, la promiscuidad sexual como sinónimo de libertad, la selección genética como un paso adelante, etc., etc. El día de mañana verán con ojos raros muchas de estas corrientes, y los que ahora las defienden a ultranza serán los carcas, como el dueño de la tienda.

Esto es lo que causa, generalmente, el llamado golpe de péndulo. Si enseñas a la gente lo que debe pensar y lo que no se puede ni decir, llega un punto, un momento de crisis o de simple hastío, en que la fuerza aplicada a una corriente crea una fuerza contraria, pero aumentada, y el péndulo va hacia el otro lado, y vuelven a empujarlo, y así constantemente. Los poderosos, si os fijáis, se adaptan y aprovechan este golpe de péndulo, pero el objetivo siempre es el mismo: tener a la sociedad idiotizada a base de prejuicios, en definitiva dominar a la gente.

Ahora vivimos unos tiempos donde, tímidamente, van surgiendo sexistas, xenófobos, homófobos y todas esas etiquetas de apestado social, que sin embargo estos nuevos gurús van luciendo con orgullo. Ocupan la vida política y se dan cuenta de que empiezan a contar con la simpatía de la gente. Y ojo, no caigamos nosotros mismos en la trampa: seguro que prometen e incluso traen muchas cosas que la gente quiere. Pero, indudablemente, volverán a mover el péndulo en la dirección contraria. Estamos en una fase de cambio donde unos iluminados se adaptarán a los nuevos tiempos y los viejos nos quedaremos como carcas, y en vez de "negro" diremos "machista", y les sonará igual de rancio. Nos dirán que éramos unos puritanos, igual que nosotros lo decíamos de ellos. Ay, la vida...

2016/09/07

Mis primeros flirteos con la realidad virtual

Ayer probé (¡por fin!) un dispositivo de realidad virtual. Es una idea que me fascinó desde que se había anunciado, hace un par de años, e incluso ya en los 90, cuando hubo ese intento que se quedó en un quiero y no puedo, y que dejó cosas tan curiosas como esa película llamada "El cortador de césped". Volviendo a la cuestión, ayer empecé por algo modesto: el sistema que se vende junto a uno de los últimos móviles Alcatel, parecido a las Samsung Gear VR. Si la cosa me sorprendió positivamente, no quiero ni pensar cómo serán sistemas mejores, tipo PlayStation VR o, aún mejor, Oculus o Vibe. Pero maticemos.

Había dos cosas que me preocupaban de esto, al margen de los mareos. De alguna forma, es como si los mareos para mí fueran un problema a posteriori, es decir, antes había dos cosas más importantes: el ángulo de visión y el efecto rejilla. Además, mientras las náuseas al usar estos dispositivos dependen en gran medida de la maestría de los creadores de contenidos, los otros dos problemas dependen de la fabricación de los aparatos virtuales, eso se va a quedar así, no hay tu tía.

Voy a empezar por lo malo, y que me ha echado mucho atrás, al menos en el caso de este aparato de Alcatel: el ángulo de visión. El llamado efecto "gafas de buzo" no es que esté, es que se nota a la legua. Sé que las Samsung Gear VR, otras gafas de este tipo para móviles que están mejor consideradas, tienen un ángulo de visión de 100º y espero francamente que éste no haya sido el caso, porque si eso eran 100º no es suficiente ni por asomo. Básicamente, siendo muy contundente, en un principio lo que me pasó es que no me creía que estaba ahí por los enormes bordes negros que se ven alrededor de la imagen. Es como si llevaras las mencionadas gafas de buzo, sino más, como si llevaras un extraño visor, una escafandra o algo así. Dista muchísimo de ser parecido a observar la realidad tal cual, pero ya digo que quizás las gafas que he probado tenían un ángulo de 90º o vete a saber si menos, de hecho en internet me ha sido imposible encontrar esta información. Esto me hace pensar que las Oculus o las Vibe, que tienen los mayores ángulos de visión con 110º bien pueden merecer la pena sólo por esto.




Ahora voy con las buenas noticias: el llamado efecto rejilla. Básicamente, a todos los que hayamos jugado en salones recreativos a Street Fighter 2 y demás nos va a dar completamente igual. Antaño jugabas a medio metro de una pantalla con resolución de aprox. 640 x 480 píxeles en formato NTSC, o un pelín más en PAL, y daba lo mismo, el caso es que veías los píxeles de canteo y era algo normal y asumido. Nadie se quedó ciego, huelga decir, aunque es verdad que nos daban el rollo con las horas que pasábamos delante de la pantalla. Irónicamente, quizás volvamos a lo mismo: aunque estos dispositivos de realidad virtual tienen tasas de refresco mucho más altas que los 50-60 hz. de aquellas TVs de CRT, y aunque éstas se llamaran así por tener un tubo de rayos catódicos que literalmente se disparaban hacia el espectador, no es menos cierto que el tema de la resolución es un paso atrás que nos hace volver a ver píxeles, lo cual podría fatigar la vista. ¡Pero basta ya! He dicho que esto eran las buenas noticias, y el caso es que a mi, con una pantalla Full HD que es la que tenía este móvil Alcatel (y la que tendrán por ejemplo las PlayStation VR), me basta y me sobra, y al cabo de unos segundos me he olvidado completamente del efecto rejilla, como ya he dicho quizás por ser un veterano jugador de arcades. A este respecto conviene decir que, aunque Oculus y Vibe tienen más resolución, su mayor ángulo de visión "estira" más la imagen, y el resultado es prácticamente igual en cuanto al efecto rejilla.

Y eso es un poco todo lo que puedo decir. Probé un vídeo de esos a 360º y un sistema de menú, la verdad muy poco, pero sí me bastó para hacerme una idea por fin de lo que es esto de la realidad virtual. Sigo muy pendiente del tema del ángulo de visión, y espero confirmar que el de estas Alcatel sea menor que el de otros dispositivos, o sería una gran decepción -a la que imagino que acabaría acostumbrándome-. De todas formas, como yo quiero esto sobre todo para juegos, a la hora de la verdad va a ser eso lo que defina mi compra: no pienso ser "early adopter" de un cacharro que no tiene más que demos y las llamadas experiencias, y ni un juego en condiciones, de esos que nos duren nuestras 10 horitas por lo menos.

2016/04/05

Mi tesssoro

PlayStation 3 ha sido la primera de mis consolas en la que toda mi colección de juegos era original, sin copias ni pirateos. Imagino que porque la economía empezaba a permitirlo, y siendo justos un juego puede ocupar muchas horas y suponer un gran ahorro, si esas mismas horas las dedicaras a salir de copas o a cenar por ahí. No puedo decir lo mismo, debo confesarlo, de mis anteriores consolas, con la honrosa y extraña excepción de la vieja Game Boy y la Atari Lynx, que en paz descansen.

Volviendo a la PlayStation 3, con algo más de medios por mi parte, y un poco harto de chips e historias, sencillamente empecé a comprar juegos aprovechando las gangas de Amazon y otros sitios en internet, y fui aumentando mi colección. Al ser todos juegos originales, cuando me cambié a PlayStation 4 decidí venderlos, y eso me llevó a elaborar una lista que rescato ahora.

Esta lista, señoras y señores, es un baúl de los sueños. Sé que mucha gente pensará que esto de los "marcianitos" es una tontería, otros dirán que exagero, pero sólo uno mismo puede medir su propia satisfacción, ¿no?

Me empezaron a gustar los videojuegos cuando mi abuelo me llevaba a lo que él llamaba "el ogro": un salón recreativo en Gandía. Lo del ogro venía por un juego con una ballesta donde había que disparar, y yo necesitaba una especie de cajón de madera cuadrado para auparme y llegar a la ballesta. No sé qué edad tenía, sólo sé que me enamoré de los videojuegos.

Durante un tiempo, no sé cuánto, para mi era un acontecimiento ir a un bar y encontrar una recreativa. Por aquel entonces los salones recreativos todavía eran vistos como sitios de vagos, al menos en Madrid, fuera de la playa, así que yo me escapaba al bar cerca de la librería de mi padre, a jugar a la recreativa, que ahí sí se podía ir siendo un buen chico. Y en general todo bar, restaurante o mesón que tuviera una recreativa, siempre se llevaba algunas monedas mías de cinco duros.

Tal era mi pasión que no tardó en llegar lo inevitable. Tras mucho pedirlo, mis padres me hicieron EL REGALO: un Amiga 500. Tuve suerte, porque por entonces estaban empeñados en que, si me compraban un ordenador, me fuera habituando a los PCs compatibles, y en esa época para juegos eran una porquería. Por suerte, sin yo saber muy bien qué me comprarían y en el fondo dándome un poco igual con tal de coger un joystick y jugar a lo que fuera, al final cayó el gordo.

El Amiga 500 fue a los ordenadores lo que Neo·Geo a las consolas: máquinas adelantadas varios años a su tiempo. Y no era para menos: el famoso Amiga costaba, me acuerdo perfectamente, 99.999 pesetas. Y para entonces era un pastón. Pero los juegos... ¡ay los juegos! Ya lo he dicho: adelantados a su tiempo hasta límites insospechados. El amiga, con un chip gráfico alucinante y un sonido sorprendente, convivía incluso con juegos de PC para monitores EGA de 16 colores, o con el mítico pero modesto Spectrum de casette.

Y así seguí, pasando después por la Game Boy, la Lynx y la PSP en el terreno de las portátiles, y por la Mega Drive, la Super NES y todas las PlayStation desde la primera, además de algunos flirteos con los PCs. Y muchos juegos y años después, viendo que mi afición no era cosa de niños, sino que acercándome a los 40 sigo enamorado de este maravilloso hobby, quiero compartir en este post, a modo de logro personal, una lista de todos los juegos que me he pasado en mi querida PlayStation 3. Porque, ojo, hablamos de juegos terminados (he retirado los pocos que se me resistieron), no de meterlos en el lector, trastear un poco y a otra cosa mariposa. Insisto porque quien conozca este mundillo sabe y sobre todo valora la diferencia.

He aquí pues un baúl de recuerdos, de sueños, de experiencias, de sentimientos, de muchas horas de pasión:

Aliens Colonial Marines
Aliens VS Predator
Batman Arkham Asylum
Batman Arkham City
Batman Arkham Origins
Beyond: Dos Almas
Bioshock 2
Bioshock Infinite
Call of Duty: World at War
Crysis 2
Dark Souls
Dark Souls II
Darksiders
Darksiders 2
Dead or Alive 5
Dead Space
Dead Space 2
Dead Space 3
Demon's Souls
Devil May Cry 4
Diablo III Reaper of Souls
DmC Devil May Cry
Dragon's Crown
Duke Nukem Forever
Enslaved
Fallout 3
Fallout: New Vegas
Farcry 3
Final Fantasy XIII
Final Fantasy XIII-2
Fist of the North Star: Ken's Rage
God of War III
God of War: Ascension
Heavenly Sword
Heavy Rain
Killer is Dead
Killzone 2
Killzone 3
Kingdoms of Amalur: Reckoning
L.A. Noire
Lego Lord of the Rings
Lightning Returns - Final Fantasy XIII
Little Big Planet
Lollipop Chainsaw
Mass Effect 2
Mass Effect 3
Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots
Mortal Kombat
Motorstorm
Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm 2
Ni no Kuni: Wrath of the White With
Ninja Gaiden 3: Razor's Edge
Ninja Gaiden Sigma
Ninja Gaiden Sigma 2
No more Heroes: Heroes' Paradise
Rage Anarchy Edition
Ratchet & Clank: Armados hasta los dientes
Red Dead Redeption
Resident Evil 5
Resident Evil 6
Resident Evil Revelations
Resistance: Fall of Man
Resistance 2
Saint Seiya: Sanctuary Battle
Silent Hill Downpour
Silent Hill Homecoming
Soulcalibur IV
Space Marine
Splatterhouse
Star Ocean the Last Hope: International
Street Fighter X Tekken
Super Street Fighter IV
Tekken 6
Tekken Tag Tournament 2
The Darkness
The Elder Scrolls IV: Oblivion
The Elder Scrolls V: Skyrim
The King of Fighters XIII
The Last of Us
Tomb Raider
Uncharted: El Tesoro de Drake
Uncharted 2: Among Thieves
Uncharted 3: Drake's Deception
Vanquish

2016/02/19

El final de "Cómo conocí a vuestra madre"

Antes de nada, sirva este mensaje para advertir de los muchos SPOILERS que contiene este artículo.

El final de "Cómo conocí a vuestra madre" me ha encantado. Me ha encantado en la misma medida que me ha preocupado encontrar a tanta gente en la red que aborrece de él. Puede que, como los protagonistas de la serie en la última temporada, ya no sea un chaval, puede que los años me pesen y esté en "otra onda", pero no dejo de sorprenderme de cuánta gente quería que Robin y Barney terminasen juntos, y, en menor medida, no deja de resultar choncante el cariño que muchos cogieron a Tracy, la famosa madre.

Hablo de la fractura generacional porque entiendo que muchos de los que han encontrado desagradable este final son jóvenes, hijos del nuevo sistema. Chicos que empatizan con un personaje, sí, divertido y cachondo, pero un verdadero psicópata como Barney, amén de individuo sencillamente irreal, falso e imposible. Espectadores que se habían creído que un tipo capaz de hacer "la semana perfecta", que utiliza a las mujeres como receptáculos, y las maltrata y humilla, podía obtener el premio del amor. Chicos quizás demasiado acostumbrados a tener no tal vez semanas perfectas, pero fines de semana seguro. Y, por otro lado, chicos a los que presentas un personaje entrañable y estereotipado, la típica chica frágil, romántica y con un toque freak (la madre en cuestión), y empatizan con ella casi como el que adopta un perrito, hasta el punto de llevarse las manos a la cabeza por su muerte.

Dicho así, parece que soy un viejo. Pero una cosa que vas aceptando conforme pasan los años es que la masa de población más joven que tú va en aumento, mientras que la más vieja va palmando. Reglas de la vida. Si consideramos que "Cómo conocí a vuestra madre" es la típica serie de aire juvenil, no es exagerado decir que sin duda yo debo estar en la franja madura de sus espectadores, aquellos que empezaron a verla con casi 30, no con 16.

Volviendo al tema, no me voy a poner a cotorrear cual portera sobre el final de una serie. Sencillamente, estaba claro que Robin y Ted eran el gran amor de la misma, y considero que cualquier persona no amamantada a golpe de botellón debería haberse enterado. No sólo enterado: deseado. Creerse el amor de Robin y Barney, como he mencionado antes, es incluso preocupante. Es hasta más falso que el romance entre Rachel y Joey en "Friends", sólo que es cierto que aquello no se alargaba por más de una temporada, mientras que aquí nos han estado mareando la perdiz, entre otras cosas porque "Cómo conocí a vuestra madre" es una serie claramente estirada por los índices de audiencia. Pero, volviendo a la cuestión, Joey era un sentimental al lado de Barney, un personaje sin duda capaz de amar. No hace falta dar más explicaciones. Mucha gente teoriza sobre compatibilidades y pamplinas, pero no hace falta: Barney sencillamente es un personaje como el increíble Hulk, espectacular y querido, pero imposible. Empatizar con él, nunca me cansaré de repetirlo, es alarmante. Si acaso hubieras acabado con la stripper Quinn da gracias y pon velas a San Antonio chaval. ¡Por Dios, si a la madre de su hija la llama "la número 31"!

Y luego está el otro tema. ¿Tracy qué? Ah, sí, la madre. Su nombre se dice una vez en toda la serie, yo creo que por simple educación. Es un personaje casi tan estereotipado como Barney, pero por el otro lado: una chica dulce, si me apuras con ínfulas (sí, en el sentido de la mujer perfecta) de sumisa, obediente y calladita. El sueño de cualquier machito de los años 50. Me parece igual de preocupante que tantos espectadores empatizaran con ella como para... ¡oh Dios mío, que la han matado en el último capítulo, y en 10 minutos! Sí, bueno, teniendo en cuenta que sólo había aparecido en la última temporada, y de forma ocasional...

Es como si a la gente no le costara nada creerse lo falso. Irónico en una era de supuesto escepticismo.

2016/01/20

¿Por qué mojarse?

Hoy venía hablando con un amigo de por qué me significo ideológicamente en Facebook. Aparentemente, es mucho más sencillo poner noticias de que un famoso se ha divorciado, colgar un vídeo divertido, o, por qué no, hablar de un videojuego. También hago estas cosas, claro, pero volviendo al tema de la significación ideológica, SIEMPRE QUE ÉSTA SEA EXPRESADA DESDE EL RESPETO, defendiendo unas ideas con argumentos y no con insultos, obtienes las siguientes ventajas:

A) Consigues caer mal a quien debes caer mal, a modo de filtro. Si una persona es incapaz de escuchar o leer ideas ajenas, apoyadas en argumentos, que no insultos, simplemente porque no comparte esas ideas... sencillamente es porque las suyas se basan en estereotipos, y fundamentalmente es una persona intolerante. Está bien caer mal a estos individuos e identificarlos, darte cuenta de que, por quién eres y por lo que piensas, al parecer no te aceptan. Son esos mismos que también se significan, pero a base de eslóganes muchas veces ofensivos que sin embargo tú tienes que aguantar estoicamente. Me ha pasado, me seguirá pasando y me parece fenomenal, ya tengo muchos años como para tener que caer bien a todo el mundo.

B) Consigues distinguir a quienes, pensando de manera diferente a ti, son personas razonables, educadas y conciliadoras. Estas personas son las que tienen una mayor seguridad, de las que más puedes aprender y, quiero pensar, las que más pueden aprender de ti. A aquellos que son así se lo agradezco especialmente, me encanta leerlos.

C) Consigues el reconocimiento de mucha gente que, aun pensando como tú, no suele significarse, pero luego te felicita y te dice que siempre te lee. Para mi es un orgullo, me gusta pensar que haya quien me lea con interés, a veces estos elogios me han pillado verdaderamente por sorpresa. Francamente ni lo busco ni creo que lo merezca, e invito a todos a opinar, con la seguridad que dan los argumentos, las buenas formas y una mente siempre abierta a escuchar.

D) Te defines a ti mismo, no te definen, que es muy distinto. Tú eliges quién eres y qué piensas, y explicándolo, te lo explicas también a ti mismo. Expresar unas ideas les da forma. A veces es sorprendente lo que cuesta decir algo que siempre has pensado, y a medida que lo vas desengranando puedes llegar a descubrir que no piensas exactamente como creías. Puedes aprender tú mismo a medida que escribes, puedes conocerte mejor.

E) Sirve a modo de auto-evaluación, sobre todo cuando escribes en el mismo escaparate que según qué cyborgs. Si empienzas a escribir siempre en una dirección, criticando siempre lo mismo, a piñón fijo... ¡te estás volviendo uno de ellos! No es por aparentar moderación: a veces conviene ponerse en distintas perspectivas y elogiar o criticar cosas diferentes.

Básicamente estas son las razones. Visto así, aunque aparentemente significarse ideológicamente sólo puede traer problemas y a lo largo de la historia ha llegado a costar vidas, lo cierto es que también ha sido el primer paso para cambiar las cosas, y es algo que siempre enriquece. Creo que intentar ser una persona más cabal y completa merece la pena.