2010/03/29

Sandwiches envasados

Era algo que, tarde o temprano, iba a hacer. No puedo tener un blog y dejar de contar mi larga trayectoria de amor y odio con los sandwiches envasados. Ahhh, esa frescura cuando abres el precinto, esa mayonesa industrial que tanto me gusta, ese pan suave y tierno... Cuando era pequeño, recuerdo perfectamente que los sandwiches envasados me parecían una estafa; en primer lugar estaba Rodilla (osea sandwiches "caseros"), que por aquellos tiempos no era un atraco a mano armada y, después, en la propia panadería de turno tenías una nurida gama de cuernos, donuts, triángulos y demás bollería por mucho menos dinero. Sí, definitivamente me parecían muy caros e incluso me asombraba de que la gente comprase estos sandwiches. Me dije a mi mismo que yo nunca lo haría...

En un momento de mi vida, que yo calculo entre los 19 y los 20 años, los famosos sandwiches ya no me parecía tan caros. Yo tenía algo más de dinero y los precios de Rodilla seguían subiendo como la espuma -ahora es de vergüenza, pero los tíos siguen vendiendo oye-, lo cual comparativamente rebajaba el precio de los sandwiches envasados. No recuerdo, debo confesar, cuándo compré el primero, tampoco su marca, pero sin duda debió ser un momento importante para mi, una experiencia mística para el paladar, un bocado exquisito que quedó grabado en mi mente como le pasaba al chavalín del anuncio de los caramelos Werther's Original. Desde entonces, muchos son los sandwiches envasados que he deglutido, muchas las marcas que han agasajado mis papilas gustativas y muchas las experiencias que he ido acumulando, hasta el punto de poder decir que soy algo así como un enólogo de los sandwiches :-)

En primer lugar, hay dos sandwiches que nunca habría que comprar, estos son el mixto y el de tortilla. Cuando veo a esa gente que compra uno de estos manjares y luego ves en la etiqueta "mixto", no puedo evitar pensar mal de esa persona, en serio, es como una señal de que algo no funciona bien en esa cabecita. Por Dios, ¿quién paga por un sadwich para que sea de jamón peleón y queso, cuando hay muchos otros sabores más elaborados y exóticos? El asunto de la tortilla es distinto: la idea no es mala, pero en la práctica resulta un mazacote. A diferencia de otros sandwiches, el de tortilla no son dos triángulos independientes, sino uno solo con dos pisos (esto son tres piezas de pan), uno de los cuales está relleno de jamón y el otro de torrilla con apenas un suspiro de mayonesa. ¿El problema? Seco de cojones, aunque con una buena Coca Cola puede pasar.

Dicho esto, tenemos a nuestra disposición multitud de sabores: atún con tomate, ensalada de atún, ensaladilla rusa, vegetal, cangrejo, pollo o bacon... y, después, algunas marcas se atreven con variantes más exóticas como sajonia, americano, tropical, mediterráneo, ensalada de bonito, jamón serrano y tres quesos, atún con pimientos, incluso hay por ahí un sandwich kebab, de la marca Jetcatering si no me equivoco. Normalmente hay varias gamas, y los sabores más originales suelen ir de la mano de los sanswiches más grandes y caros, pero no siempre es así. Dicho lo cual y para terminar mi homenaje a los sandwiches, voy a poner de memoria las marcas de las que me acuerdo y los comentarios que creo pertinentes.

Bimbo: la archiconocida marca de pan ha sido de las últimas en apuntarse al carro de los sandwiches envasados, pero lo ha hecho con acierto. Se diferencia de todos los demás en que cada paquetito, en vez de incluir un par de triángulos independientes, contiene un sólo sandwich de dos pisos y forma rectangular. En la práctica es una menor cantidad, pero el plan blanco como la leche y sin corteza que usan es colosal; el relleno es de corte muy casero y muy sabroso, y la impresión general buena, aunque el precio algo ajustado.

Bocadissimo: son unos sandwiches de lo más normalito, sin destacar ni en variedades, ni en tamaño, ni en sabor. Sólo hay una gama y como ya he dicho no es gran cosa.

Cater-line: es una marca bastante conocida. Tiene dos gamas y ambas son buenas, siendo los sandwiches de la alta realmente voluminosos. Los "hermanos mayores" suelen ser variantes más elaboradas de los pequeños, por lo que sobre todo ganan en cantidad y poco más (por ejemplo vegetal y vegetal con queso, o bacon y bacon con huevo, o simplemente atun con mucha mayonesa y atún más consistente). Se agradece que usen pan integral en algunos sandwiches. Eso sí, los Cater-line tienen un precinto con una pintura azul que se deshace, impregnando los dedos, de modo que siempre hay que abrirlos por el lado totalmente transparente.

Discatering: marca bastante apetecible, de esas que se atreven a ofrecer sabores bastante exóticos en la que por otro lado es su única gama. El pan de Discatering es especialmente blanco, suave y rico, de modo que cualquier sabor entra que da gusto.

El Corte Inglés: son un reflejo de los productos de esta marca en el supermercado, es decir, mejores y más caros. Sin embargo, en este juego de equilibrios, los sandwiches de El Corte Inglés acaban ganando la partida, ya que en mi opinión su calidad supera a su precio. No es que pretendan ser enormes, sólo sandwiches normales, pero sabrosos, bien rellenos, de los que te harías en casa. Además, tienen un método de apertura muy cómodo.

Fresh Day: parecen haber proliferado en muchas de las tiendas donde antes vendían Bocadissimo. Tal vez se encuentre detrás la misma compañía y, tal vez, haya cambiado el nombre comercial para reducir aun más el relleno, que es de lo más escueto y pobre en el mercado.

Go-gourmet: estos sandwiches los compré un día, no recuerdo dónde; pero sí recuerdo haberme sorprendido de su bajo precio y su generoso relleno, por lo que tenía que escribir sobre ellos. Globalmente de los mejores, si se encuentran no deberían ser ignorados.

Gumo: una de mis marcas fetiche. Sus sandwiches se caracterizan por tener un marcado caracter español, como el clásico atún con pimientos, pero tienen un secreto que guardan como oro en paño: su puñetera mayonesa, salsa, o lo que sea que le echen. Puedo decir y digo que esta salsa es la más sabrosa de cuantas he probado en sandwich alguno; es como el jamón de bellota o el buen queso que te rascan el paladar, pero en salsa. Encima, el pan es bastante bueno, tierno y grueso.

Horno Gamifer: esta marca se caracteriza por elaborar sandwiches voluminosos, que vienen a ser réplicas de los básicos de otras marcas, pero "engordados", aunque sobre todo a base de panazo. A mi personalmente me gusta el resultado, pero no es precisamente de gourmet.

Jetcatering: tiene dos gamas, pero se distinguen muy poco entre ellas; por suerte también los precios, así que es una cuestión más de elegir el sabor deseado que de pensar en cantidades. Son los cachondos que han hecho el sandwich kebab, pero personalmente no creo que fabriquen muy buenos productos.

Kantamar: son un poquito más caros que otras marcas comunes, pero han ido mejorando en calidad, pasando de no estar mal a estar muy pero que muy bien, jugosos y frescos. Además, su sandwich vegetal es el mejor que existe hasta la fecha con diferencia. Recomendables.

L. M.: es una marca relativamente popular y muy aceptable. Hablando en términos generales, los sandwiches de L. M. son cojonudos, con buen pan y sabroso relleno. Hay dos gamas y la mayor (Línea Gourmet) es, probablemente, de las más nutridas en el mercado. También hay un tipo sin corteza. De lo mejor para lo que cuestan.

Mr. Sandwich: típica de gasolinera, esta marca suele hacer honor a la regla de a más calidad, más precio. Son sandwiches nutridos y sabrosos, pero también costosos, aunque los hay mucho más caros. Muy recomendables para el bolsillo no apurado.

Panrico: estos se han apuntado al carro en cuanto han visto que la cosa mueve. Sus sandwiches invaden las gasolineras. Tienen una sola gama bastante nutrida, de un tamaño medio-grande y a un precio homogeneo más bien tirando a caro. La calidad es buena, pero los sandwiches de Panrico pecan de ser muy secos, quizás porque ponen demasiada confianza en el famoso pan de esta marca.

Pepi: esta marca llama la atención porque en el envoltorio pone "Sandwichs Pepi", en vez de sandwiches. Desconozco si se puede utilizar esta forma para el plural, pero resulta curioso :-) Tiene dos líneas, la normal y la Gourmet, ambas con un pan realmente tierno; sin embargo, así como la gama alta es bastante satisfactoria, el relleno de los sandwiches básicos es algo escueto.

Sansala: la marca característica de la cadena Open 25 es abundante y bastante cara, pero la calidad compensa el precio por sabor, originalidad y cantidad, habiendo incluso sandwiches con pipas (lomo con queso brie) o cebolla caramelizada (vegetal) que son una maravilla. Si el dinero no es problema, los sandwiches de Open 25 son muy a tener en cuenta.

Tente Bien: es la marca más extendida. Tienen tres gamas, siendo la pequeña poco rentable en cuanto a cantidad-precio y llamándose las otras dos Lord Sandwich (la mayor de todas con el sobrenombre "Biggest", que por cierto es bastante cara). Calidad cuestionable a un precio demasiado ajustado, aunque algunos sandwiches de su gama más alta son deliciosos, como el cántabro, el de sajonia, o el de jamón serrano con queso. La gama media suele tener buen relleno, aunque en gran medida a base de salsa, lo cual a mi me encanta, pero todo hay que decirlo. El problema de Tente Bien es que, a medida que iban sacando gamas más altas, empeoraban las ya existentes, algo que pasó con la que ahora es la básica (habiendo llegado a ser verdaderamente lamentable) y, después, también con la intermedia; puede que el consumidor casual no se entere, pero para un devorador de sandwiches hardcore estas cosas se ven a la legua.

Top-lider: son los sandwiches que se dejan ver en el Opencor. El pan no es muy allá, pero se compensa con unos rellenos muy cremosos y originales. Es una marca bastante apetecible, aunque, como suele ser habitual en cadenas de este tipo, el precio es bastante alto.

Tutiplén: esta marca fue, para mi, como una especie de señal divina. Sin la menor duda Tutiplén, en relación calidad-precio, es la mejor marca que ha entrado por esta boquita. Fue de las primeras que apareció como alternativa a Tente Bien, quizás de ahí el nombre parecido, pero para un servidor la supera ampliamente, no sólo por su pan blanco y esponjoso, sino porque introdujo unos sabores distintos, delciosos y de calidad, como el sandwich americano, el tropical, el frankfurt y muchos otros. Sólo tiene una gama y lamentablemente no es fácil de ver.

Vips: los sandwiches del Vips tienen personalidad propia. Estos tíos son unos cachondos, porque podría decirse que todos los sandwiches son igual de grandes, pero con precios bastante distintos. La calidad y el tamaño, eso sí, quedan fuera de toda duda, pero el precio no compensa, siendo a todas luces excesivo incluso en los casos más "económicos". Obviamente pretenden rodearse de un aura de productos frescos y caseros, pero hay variantes de otras marcas incluso mejores por bastante menos.

Vital Sandwiches: marca encontrada en una máquina expendedora de un famoso salón de juegos. Quizás por esto es, con diferencia, de las mejores en cuento a la relación calidad-precio. Sandwiches de tamaño generoso y muy buen sabor a precios muy asequibles.

Hay muchas otras marcas, algunas de las cuales he olvidado por haberlas probado una sóla vez, pero que me han dejado muy gratos recuerdos. Normalmente esto de los sandwiches va por zonas de distribución, recuerdo por ejemplo que cerca de Delicias había unos pequeñuelos nunca antes vistos. Soy el caminante de los sandwiches, aun hoy en día entro con ojos redondos e iluminados en las tiendas de chinos por si descubro una nueva marca nunca vista...

Un saludo!

2010/03/16

Sensaciones

En medio del camino, me vi perdido en el crepúsculo de los años pasados hace siglos. Cansado de la oscuridad que me acechaba, levanté la vista y desafié al inmenso cielo de forma inquisitiva: era negro como la noche misma, y estaba caprichosamente salpicado de estrellas como un retal de seda estampado. Morfeo viste los sueños de melancolía, sumiéndome en un letargo infinito que ni es pesadilla, ni gozo.

2010/03/03

Desilusionado

Estoy cansado. Tentado de volverme un superficial. Condenado a seguir siendo yo. Esta vez sí. Puedo enfrentarme a la soledad de mis frías paredes, puedo aceptar que no espero nada de relación alguna, puedo mirar de frente al fracaso existencial e incluso puedo permitirme aceptar que tal vez sea un iluso, o una especie de Don Quijote, caballero andante desfasado en tiempos de pícaros y ladronzuelos. Temo lo que no veo, pienso en lo que no tengo, pero, sobre todo, no quiero perder un tiempo aun no vivido. Estoy confundido, a la defensiva, tengo miedo.

No es nada especial, pasa hasta en las mejores familias. El tiempo hará su trabajo y, como marineros faenando desprevenidos, volveremos a caer en las mismas redes, confiando en no colarnos por uno de los muchos huecos para acabar ahogándonos. Repetiremos las mismas tareas, quizás con algo más de cuidado, pero igualmente ilusionados. Arreglaremos lo que haya que arreglar para luego cruzar los dedos, a ver si la red es buena y no se rompe, si se puede trabajar seguro en ella...

...O quizás, quién sabe, nos quedemos en el frío y quebradizo barco, indiferentes de la pesca que ya nos ha escarmentado. Pasearemos por las solitarias cubiertas, sintiendo la calma de la brisa en el rostro, a medida que la barba crece y la piel se curte ante el testigo de las gaviotas, revoloteando a nuestro alrededor, murmurando cosas ininteligibles como el propio paso de los años. Contemplaremos con ojos entrecerrados la brillante costa, el destino de todos los que viajamos en el navío vital, mientras el viento mece nuestras canas y el salitre sonroja nuestras mejillas, tiñendo de falsa emoción una vida gris, pero apacible. Y mientras los marinos enfaenados, cuando quieran darse cuenta, ya habrán llegado a buen puerto y tal vez recogido algunos frutos de su ajetreada vida, nosotros, desde bien antes, mirando de frente al final, desconocido pero inevitable... volviendo la vista y observando la mar, inmensa y profunda... Aun tendremos tiempo de clamar con gesto desafiante a los cielos y elevar una carcajada preguntando qué clase de broma ha sido esta ramera que es la vida.

Un saludo!

2010/03/02

Reflexiones filosóficas (30)

<--Hay mentiras de todos los coleres y formas: mentiras para salir al paso, mentiras para prosperar, mentiras como excusa, mentiras inocentes, mentiras malévoles e incluso simples mentitijillas, pero ¿no resulta insólito que haya quien miente a los demás para creerse su propio cuento? Mentiras para uno mismo, que se diría... Resulta también sorprendente hasta qué punto éstas dejen en ridículo a quien las enuncia, pues, engañado por él mismo, el sujeto no suele ser consciente de su propia incoherencia, alimentándola más y más. Toda una ironía, cuando el fin de estas mentiras suele ser precisamente un iluso intento de integración.-->

Un saludo!

2010/03/01

Publicidad

Hace mucho que les tenía ganas... pero esto no me impide ser objetivo. Es fácil ser objetivo cuando, por muy predispuesto que estés en contra de algo, esto se revela como una verdadera ruina moral. No importan los peyorativos que se emplean cuando las palabras apenas sirven para expresar la miseria humana concentrada en torno a la actividad del publicista, al menos en lo que se refiere al ámbito nacional.

Mi vida ha cambiado en parte por la publicidad y, aunque no puedo echarle toda la culpa, lo que no le perdono es haber hecho daño a una persona que me importa, haberle arrancado lágrimas y desconsuelo a una cara siempre sonriente y predispuesta, de pura impotencia, de pura explotación, de puro abuso, todos ellos cimentados en la degeneración más corrupta y hedionda del pozo donde anida el consumismo más enfermizo, el hedonismo más casposo y la falta de escrúpulos más flagrante. Y no porque no haya, entre la maraña de vulgaridades, anuncios ingeniosos, divertidos e incluso auténticas obras de arte, sino más bien por el truculento telón de fondo.

La publicidad... Ellos, los que viven de ella -y que son fundamentalmente las cúpulas pisando sobre legiones de esclavos subcontratados- se consuelan pensando que cumplen una labor informativa. En la práctica, cualquier artimaña vale para meter por los ojos, orejas, o por el culo vaya, cualquier producto a sus desprevenidas víctimas. Se cobran cantidades obscenas de dinero por trabajos realizados por chavales sin contrato y sin espectativas, pero con muchas ganas los pobres infelices; y cuando se cobran estas cifras de vergüenza por nada, es normal que el mundillo que nos ocupa caiga en la autocomplacencia más indulgente y que sus directivos se crean grandes artistas, alternativos y progres, pero realmente amorales y materialistas hasta las fibras más íntimas de la carne misma. Ellos lo saben. Quieren creer sus historias de brillantes creativos, pero en el fondo saben que sus indecorosos sueldos, sostenidos por indecorosas tarifas, se cimentan sobre el indecoroso sometimiento de todos esos esbirros que les hacen el caldo gordo, pensando tal vez que algún día serán como sus amos carroñeros.

No voy a personalizar este post, no voy a hablar de empresas ni de personas. No voy ni siquiera a referirme a ese gusano que, arrastrado por el lodo hasta Madrid, llegó para destruir ilusiones, escondido tras un aura de buenrollismo cínico y malévolo. Pero duele ver cómo buscas su nombre en Google y sólo encuentras noticias de sus grandes logros, cómplices de esta explotación sitemática; porque en publicidad "todo el mundo sabe que no se paga". Con esta premisa, muchachos ilusionados con la idea de un oficio creativo e ingenioso muerden el anzuelo más negro y corroído del sistema, se pasan años trabajando en negro, sin contrato, sin finiquito, sin paro, haciendo todas las horas extras del mundo, quedándose a trabajar hasta las tantas de la madrugada, para que sólo el peso lento pero inexorable de la desesperanza les haga entender que, al final, han servido para untar bien de grasa la corrupta maquinaria en que se basa el siniestro aparato que es la publicidad.

Supongo (doy por hecho) que habrá excepciones. Gente honrada. Gente trabajadora. A estas personas, si alguna vez llegan a leerme por cualquier motivo, les pregunto si realmente merece la pena ser un diamante en medio de una gran moñiga de vaca; y no se trata de que dejen de ser lo que son, porque potencialmente el oficio es bello, pero de esa belleza delicada que se marchita con facilidad. No, les corresponde limpiar la mierda y no mirar en otra dirección mientras sus compañeros de oficio engordan una tendencia suicida, porque al final los culpables siempre pagan, antes o después, y con ello arrastran a quienes eran buenos, pero no hicieron nada...

Y al otro grupo, a los esclavos: despertad. Dicen que la práctica de no pagar en el mundillo de la publicidad empezó porque había jóvenes dispuestos a no cobrar un duro con tal de trabajar de creativos glamurosos y súper chulis. Valientes imbéciles. Hay muchas ramas creativas que no beben de la publicidad y donde al menos se paga, por el amor de Dios. Denunciad a los sindicatos, apuntad a vuestras empresas para una inspección laboral: es tal la degradación imperante que sólo basta un gesto para que este sistema podrido se venga abajo por su propio peso. No seáis unos de esos tantos miles que, después de ser explotados durante meses sino años, se van con una palmadita en la espalda, una mano delante y otra detrás, a resignarse y lamentarse en silencio...

Las opiniones vertidas en este post son de un servidor y sólo un servidor. Por respeto a la gente que quiero, no caigo en la tentación de apuntar a nadie, pero ya lo creo que lo haría, a ver quién cojones era el guapo que se atrevía a cuestionar cuanto digo si le pongo nombres y aporto datos. Dad gracias, pedazo de malnacidos.

Un saludo!