2012/09/14

Crisis

Leo en la portada de El País que "habrá financiación para colegios sexistas". Ojo, que ahora los colegios para niños o niñas de toda la vida son sexistas oiga; bueno, o seguramente lo sean sólo los de niños, tal y como está el percal... La crisis que tenemos, más que económica, es de una profunda gilipollez: hemos sustituido los viejos usos y costumbres por otros nuevos, sin más, que encima son completa y absolutamente amorales y vacíos de contenido ético. Pero en definitiva la gente sigue repitiendo como loros lo que "hay que pensar".

Ejemplo. En los tiempos de nuestras abuelas (puede que también los padres de muchos), si te decían que follar antes de casada era de puta, al menos pretendían que detrás hubiese una argumentación moral basada en la honra, el recato, la fidelidad, la inocencia, etc. Bastantes pamplinas, está claro, y desde luego yo no estoy de acuerdo para nada. Pero ahora lo que hacen es darte condones a los 14 años, enseñarte a chuparla en el manual del insti y decirte que si sigues siendo virgen a la mayoría de edad eres poco menos que idiota; y se hace en nombre de no se sabe exactamente qué: ¿placer? ¿liberación? ¿buen rollo? ¿vivir la vida?

Antes había un Dios, un dios que mantenía una jerarquía, una jerarquía que imponía unos usos basados, en teoría, en las palabras de ese Dios, con sus muchas contradicciones e hipocresías por supuesto. Pero, lejos de haber llegado a pensar libremente y regirnos por un código filosófico-ético independiente, o como se quiera llamar, nos han cambiado al Dios por una especie de Gran Hermano que dicta las reglas, lo que hay que decir y pensar, lo que está en la linea de lo permitido y lo que no, igual que antes, sólo que ahora el mundo se muestra si cabe más frío, más árido, más impersonal; la gente anda distraída e idiotizada, aparentemente con toda clase de caprichos mientras delante de nuestros ojos nos dan por saco en lo verdaderamente importante: el poder tener un trabajo estable, una familia unida, una casa digna... en definitiva una proyección vital, una sensación de que somos personas con una dignidad intrínseca. Y si ya no está detrás el Dios que antes tanto influia a la gente, yo me preguto: ¿qué es ahora? ¿Quién es ese Gran Hermano? ¿A qué intereses responde? ...Tal vez el ser humano siempre necesite una guía de pensamiento, tal vez el sueño de tantos filósofos no fue sino una quimera.

Desde luego, mientras siga leyendo cosas como la de El País esta mañana, con ese tufo a correctismo político que ya empieza a ser rancio, el Gran Hermano estará bien instaurado. No andaba errado mi padre al decir que lo progre, cada vez más, empieza a ser defender el catolicismo y tal.

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