2011/01/07

Compras accidentadas...

Hace un tiempo escribí un artículo sobre la profesionalidad. En estas fechas me he acordado mucho del mismo y he vuelto a comprobar lo importante que es esta característica entre los que se consideran a sí mismos, nunca mejor dicho, profesionales. En mi propia librería es lo que trato de aportar y promover constantemente: calidad en las descripciones bibliográficas, fidelidad de las mismas, atención al cliente, material bien embalado y protegido, envíos rápidos, etc. Muchas empresas, decía en aquel artículo, son sólamente fachada, tras la cual no hay más que chapuceo; en efecto, esto es lo que he vuelto a experimentar, una vez más, comprando algunas cosas para reyes.

Hay una tienda en internet que se dedica a reunir y vender todas esas cosas de "anunciado en TV" y cuyo nombre comercial es el de un señor. No voy a decir más porque no me han parecido del todo mala gente, pero se pasan de listos. Primero, sabiendo que de uno de los productos que me interesaban se venden imitaciones a tutiplén, me puse en contacto con ellos para aclararlo, haciéndoles una pregunta muy concreta sobre el logotipo y su autenticidad. Contestaron difusamente y, ante mi insistencia, se les escapó un mensaje que me llegó a mi, escrito desde una BlackBerry, donde se decía algo así como "dejadlo, es un rollo, no le vamos a hacer el envío". Sorprendido, decidí -tonto de mí- cursar el pedido como mi madre, a ver si había suerte: al fin y al cabo, tenían justo los dos productos que quería, a un precio bastante competitivo y con gastos de envío gratis...

En la página web se podía leer "entrega en 24 horas" bien anunciado a bombo y platillo. Los productos, por supuesto, estaban marcados como disponibles y, como no, no han dejado de estarlo durante las más de dos semanas que he tenido que esperar porque, según parece, tienen que llegar reposiciones del distribuidor... Oigan, puedo entenderlo, pero ¿no podrían al menos indicar que no se encuentran en stock? Ah, claro, que interesa trincar cuantos más pedidos mejor. Al menos han entendido mis circunstancias (las de mi madre) y han aceptado cancelar el pedido y devolver el dinero. Es el típico caso de tienda razonablemente honrada, pero que no da abasto; de hecho, quizás el dejar los artículos como disponibles sea más por chapuceo que por picaresca, pero lo triste del tema es que nunca lo sabré y el resultado es lamentable. Que una tienda te venda algo supuestamente disponible con entrega en 24 horas, realices el pago al instante y en dos semanas no lo hayan ni enviado, pues en fin...

Decidí pedir los dos artículos por separado, a diferentes tiendas. En 48 horas ambas me confirmaban el envío, proporcionándome un número de seguimiento. Éste es el enorme abismo que hay detrás de la fachada, la diferencia que marca la profesionalidad del chapuceo y, por qué no decirlo, la demostrción de que, si te pasas de listo, a veces lo barato sale caro. Así que cuidadito, que una buena presentación a veces esconde un servicio lamentable.

Un saludo!

No hay comentarios: