2006/08/31

Democracia inteligente

En homenaje a ti, estimado coleguilla... ¡Qué tiempos!

MegaMadrid, miércoles 18 de marzo de 2054

LA RAZÓN INTELIGENTE

OPINIÓN: UNA DEMOCRACIA INTELIGENTE

El 17 de marzo del presente año 2054 una turba enloquecida formada en su mayor parte por ciudadanos N-0 y N-1 se manifestaron violentamente frente a la sede del Ministerio de Educación e Inteligencia, situado en la Avenida Miranda nº17. El presidente, indignado ante tamaña afrenta al sabio sistema democrático impuesto desde 2047 por Juan José Carrasco, asistió a la carga de dispersión llevada a cabo por la policía urbana. Al parecer, las causas del alboroto se encuentran en la tan manida crítica a los tests de inteligencia elaborados por el citado Ministerio, de eficacia sobradamente probada desde el día en que Carrasco convocó las primeras "elecciones inteligentes", como él mismo las denominó. Esto no hace sino probar una vez más la incompetencia de este grupo, alejado de las complicadas labores de gobierno por su propio bien. El gobierno de nuestro país debe quedar en manos de personas competentes capaces de decidir qué acciones resultan más convenientes para el futuro y bienestar de todos. Con tan noble objetivo, es obviamente lícito seleccionar a los ciudadanos cuya inteligencia, puesta fuera de toda duda, sea capaz de juzgar cuál es el partido más adecuado para soportar la pesada carga del poder. Todos los ciudadanos privados de la capacidad de votar por su patente falta de intelecto deberían estar agradecidos a aquellos que trabajan por y para ellos, poniendo su inteligencia al servicio del Estado. Personalmente, considero que la mediocridad no tiene cabida en la búsqueda de la perfección, y creo que los N-1 ni siquiera merecen el medio voto que, en un momento de debilidad intelectual, les fue concedido. Sólo los capaces pueden elevar a la Humanidad a sus más altas cotas de belleza y perfección, y para ello es necesario desechar a las medianías. Desearía, en último lugar, felicitar al nuevo presidente electo, y transmitirle mi apoyo incondicional ante las repetidas muestras de insensatez y estulticia de los grupos que pretenden desequilibrar las estructuras de gobierno vigentes. Mejorar las unidades de reeducación y endurecer las leyes podría resultar provechoso y evitaría estos problemas.

Mateo Baraona, empresario de nivel 3


MegaMadrid, miércoles 18 de marzo de 2054

EL DIARIO HUMANO

OPINIÓN: DEMOCRACIA "INTELIGENTE"

Por fin se están desenmascarando. Han pasado ya cinco años desde que el senador Carrasco decidió "dar un nuevo paso hacia una democracia más fuerte". Primero se realizaron unas elecciones a escala nacional: naturalmente, en ellas no se apoyó la creación de un sistema clasista en los votos basado en unos tests que medían la inteligencia de cada ciudadano. Después llegó el Ejército, y entonces Carrasco consiguió lo que quería. Menuda democracia. Para empezar, cualquier miembro de una sociedad democrática dotado de razón tiene el derecho y la capacidad de opinar y hacer oír su voz y valer su voto. Pero algunos parecen haber olvidado ya la definición de democracia; para que se acuerden -aunque dudo que lean esto, estarán muy ocupados autojustificándose en sus grandilocuentes periódicos oficialistas- escribo aquí la susodicha, según el Diccionario de la Lengua Española: "democracia, forma de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes para períodos determinados de tiempo". Y el pueblo es TODO el pueblo, no UNA PARTE de él. Ah, por cierto, ¿alguien puede decirme qué criterios deben seguirse a la hora de considerar a una persona más capacitada que otra para votar?. Porque la inteligencia es importante, desde luego, pero no es sinónimo de infalibilidad a la hora de opinar. ¿Acaso no han existido personas de gran inteligencia cuyas opiniones consideramos execrables? ¿Acaso están siempre de acuerdo los dotados de esa divina inteligencia? Y, ¿qué es inteligencia? ¿Capacidad de retención de datos? ¿Capacidad de cálculo matemático? ¿Capacidad de comprensión? ¿Educación? ¿Imaginación? ¿Todo lo dicho anteriormente?. En resumen, ¿cómo se mide la inteligencia sin saber siquiera lo que es?. Ser muy inteligente, listo, intelectual o bo-bo -bohémien bourgeois, o burgués bohemio, nueva tribu urbana elitista-, no implica en absoluto una magistral capacidad de decisión. Lo único cierto es que en una democracia se impone lo aceptado de manera mayoritaria, para bien o para mal. Ningún sistema es perfecto, pero si creemos en la igualdad, la materialización de la voluntad popular ha de ser defendida, con todos los posibles desastres que ésta pueda suponer, y que, al fin y al cabo, no tendrán por qué ser más desagradables que los causados por un grupo más reducido de "inteligentes". Si se pretende mejorar el sistema democrático, hay que mejorar la educación, hay que hacer comprender a cada individuo que existen multitud de personas y que una sociedad debe buscar el bien común y, en el campo político, hay que presentar y difundir unos programas claros que permitan al ciudadano elegir el que mejor le parezca, después de haberlos estudiado a través de una información transparente expuesta por los diferentes partidos. Así pues, me río yo de esa "democracia inteligente" que no hace sino retrotraernos a épocas pasadas en las que los ilustrados susurraban consejos a los reyes, que lo hacían todo "para el pueblo, pero sin el pueblo". Pseudodespotismo ilustrado llamaría yo a este sistema; en cualquier caso, jamás tendría la desfachatez de referirme a él como si de una democracia real se tratase. Soy demócrata, pienso que la mayoría debe mandar -y también que debe intentar respetar a las minorías-, y si llega el día en que ésta cambie de opinión y decida realmente aplicar la forma de gobierno actualmente vigente, será porque la idea de democracia se habrá difuminado por obra y gracia de un grupo de interesados, que no inteligentes. Nadie tiene derecho a acabar con la libertad de expresión: en el diálogo está la solución a muchos problemas. No puedo escribir más -limitaciones de espacio-, por lo que terminaré exponiendo mi visión del futuro cercano, creada a partir de impresiones extraídas de los últimos acontecimientos: la sociedad no está dispuesta a aceptar un régimen impuesto, y el descontento va en aumento. Los dirigentes, endureciendo las leyes y utilizando a las fuerzas del orden para mantener la presente situación, no sólo no conseguirán nada, sino que harán que la insatisfacción se extienda y que el pueblo se movilice con mayor rapidez. ¡Amigos de la libertad y de la igualdad, amigos de la democracia, el fin de este Régimen está ya cercano!. Por fin se están desenmascarando -aún más-.

L. G.

7 comentarios:

Mike dijo...

¡El post es cojonudo, ahora recuerdo! Evidentemente, el panorama que plantea ese Sr. Empresario Nv. 3 es desolador, muy al estilo "V de Vendetta", "Equilibrium" o "Ultraviolet" (sig...).

Definitivamente, la llamada "democracia inteligente" no sería sino una neo-aristocracia (literalmente, gobierno de los mejores) que muy probablemente degenerase en oligarquía, como ya denunciaran los griegos.

Sin embargo, sigo pensando (y confirmando cada día que leo el periódico o veo el telediario) que el sistema puede y debe mejorarse: si la democracia ha ido evolucionando con los años (antes ni votaban las mujeres, por ejemplo), no veo por qué deberíamos pensar que ha llegado a su modelo ideal.

En cualquier caso, no me parece sano que mi abuela vote al presidente de turno porque le parece muy guapo y tiene "unos ojitos de buena persona..." (léase con vocecilla condescendiente y melancólica).

Un saludo!

Ramsey dijo...

Jeje, ya recuerdo una conversación vía mail acerca de las "mejoras" que pretendías introducir :) De hecho, tal vez la tenga en algún lugar, y estuvo bastante divertida, así que la buscaré para colgarla ok?

Centrándome en lo que dices, estoy de acuerdo contigo en que la democracia es mejorable, pero en concreto, no en abstracto. Me explico: la democracia en sí misma, como representación de la mayoría -cuantos más, mejor-, es lo que es y no más. Los problemas derivan de los mecanismos empleados para aplicarla, y -algo básico- del sistema económico en el que actualmente está inserta. Mi percepción es que nos encontramos en una sociedad esquizofrénica en la que coexisten dos principios opuestos: un capitalismo feroz ajeno a todo principio democrático que no sea la defensa de determinados derechos individuales (por cierto, ¿alguien puede citar una empresa cuyo funcionamiento interno sea democrático?) VS un sistema político que pretende representar y, por tanto, ayudar, a la mayor cantidad posible de ciudadanos. Individualismo y colectivismo juntos y revueltos, Ley de la Selva contra Interés General. ¿Menudo lío, eh?

Y sobre tu abuela, como siempre digo, recordando a Tierno Galván, "la sociedad se mejora con educación, educación y más educación". Una educación que nos enseñe a pensar lógica e independientemente, claro está. Aprenderse la lista de los reyes godos no aumenta nuestra racionalidad, sólo nuestros conocimientos. Y, para eso, lo mismo da memorizar las dinastías klingon, mucho más divertidas.

Demos dixit!

Mike dijo...

Tú lo has dicho, individualismo (derecha liberal) y colectivismo (izquierda social). Creo que ambos, bien entendidos, son importantes para el desarrollo de la sociedad en su conjunto: esto son, se espera, las democracias europeas, donde en definitiva los partidos que gobiernan suelen decantar la balanza levemente en una dirección u otra. Pero no por ello debemos renunciar a la mejora del sistema, como tú bien dices en concreto, por supuesto.

Con respecto a rescatar viejos artículos, tal vez sería más conveniente escribir material nuevo: la verdad, no sé qué puedo haber dicho hace X años, pero no tiene mucho sentido ni me resulta muy leal sacar a la luz comentarios de los que yo mismo diga, probablemente, que no tienen pies ni cabeza.

Un saludo!

Ramsey dijo...

Verás, creo que la derecha liberal, que defiende, por encima de todo, la iniciativa privada en lo económico, es esencialmente antágonica a la izquierda social, y de ahí la esquizofrenia de la que hablaba. Si cuando escribes te refieres a un individualismo bien entendido, la izquierda social ya lo reconoce y lo avala, pero nunca por encima del bien común, y esa es la clave.

Sobre aquella macroconversación -éramos muchos los participantes-, tranqui, no la pondré, aunque fue hace menos de dos añitos y, más que absurda, fue muy divertida, ¿no la recuerdas? :) Si la localizo te la paso antes y juzgas por ti mismo vale? También podríamos remozarla y colgarla.

Un saludete!

Mike dijo...

No estoy muy de acuerdo: también la derecha liberal europea reconoce el colectivismo "bien entendido". Si existe esa esquizofrenia, como tú dices, no creo que sea por el supuesto antagonismo que ves, de hecho las corrientes políticas dominantes en los distintos países europeos no dejan de ser las dos caras de una misma moneda, pese a quien pese. Esto está más que claro: realmente las opciones políticas se definen por matices y los partidos que verdaderamente plantean medidas contundentes suelen quedar relegados a meros figurantes.

La esquizofrenia que mencionabas, en mi opinión, se deba más bien al hecho de que no hay soluciones reales a problemas reales: nos llevan por el camino que quieren y nos hacen pensar que elegimos algo, cuando seguimos viendo lo mismo... Sé que para ti esta forma de ver las cosas es difícil de aceptar, pero está demostrada, sociológicamente hablando, una creciente pérdida de credibilidad en la clase política: de ahí fenómenos aislados como Le Pen en Francia o Haider en Austria; no digo que sean buenos, o malos, simplemente reconozco no conocer a fondo su ideología. Sólo sé que las fuerzas políticas "dominantes" (esa derecha liberal e izquierda social de que venimos hablando) se han vuelto muy amigas para derrocar a estos sujetos, de pronto todo encaja y la máquina mediática se pone en marcha, aplica la misma receta para Chávez o Morales... entonces, ¿dónde está la decisión? En fin, esto sin duda merecería un post troncal que no tengo fuerzas ni ganas de escribir, pero baste decir que esa esquizofrenia se debe, en definitiva y desde mi punto de vista, al hecho de que expresamos nuestras pasiones a través de vías que no las canalizan como esperamos. Ej.: ¿cuánta gente en España quiere un piso en condiciones? ¿Qué pasa? ¿Dónde está la democracia?

Entonces, volviendo al hilo de la cuestión, ¿cuál es la solución a los problemas mencionados? No creo que consista en romper el equilibrio existente, la verdad, pero sí en mejorar esta democracia: no quiero pensar que la gente se incline a votar a un radical porque se sienta frustrada, sino más bien que sea, simplemente, escuchada... y de verdad.

Con respecto a la macroconversación, la verdad, no me acuerdo... ¡demasiadas copas! ¿Te refieres al tema de los votos mediante test y demás? Bueno, creo que definitivamente sería más inteligente empezar desde cero: ¿por qué no empiezas un post en el que presentes tus propuestas, invitando al resto a hacer lo propio? Podríamos llamarlo "Reformas democráticas by...".

Un saludo!

Ramsey dijo...

La derecha liberal europea (así que con ello no hablo de toda la derecha) defiende la privatización y desregulación de la mayor cantidad posible de servicios en Europa. Fijar leyes laborales cada vez más a la baja para aumentar la competitividad de las empresas es un principio que de social no tiene nada. Puedes creer más o menos en él, pero en ningún caso pone a los ciudadanos (=trabajadores) en primer lugar: es la competitividad la que se sitúa por encima de todas las cosas. El máximo abanderado de esta derecha liberal es el Comisario Europeo Frits Bolkestein (holandés), que intentó meter de clavo una Directiva en la Constitución Europea que, entre otras cosas, FUERZA la privatización de todos los servicios públicos, y no sólo eso, también OBLIGA a respetar el Principio de País de Origen -del que hemos hablado anteriormente-, según el cual puedes poner la sede social de tu empresa en Estonia, ofrecer servicios en España, y las leyes laborales que se aplicarán en nuestro país serán las de Estonia. ¿Cuál crees que será será el salario mínimo estonio?.

Sobre la pérdida de credibilidad de la clase política, estoy de acuerdo contigo, no pienses lo contrario: el problema actual de nuestros representantes deriva de la rendición de los grandes partidos de izquierda, y también de la derecha populista, al nuevo sistema ecónomico mundial. No existen políticos importantes capaces de resistirse a la marea neoliberal que nos arrastra, y eso es trágico. En cualquier caso, por este mismo motivo, pienso que muchos partidos ahora pequeños irán cobrando cada vez más protagonismo en los próximos lustros. Y es que en épocas de crisis la conciencia política se despierta, aunque no sepamos hacia dónde se dirigirá.

Ya para terminar, pienso que cambiar a mejor implica precisamente romper el "equilibrio existente", porque éste no es tal: sueldos paupérrimos en el 1er Mundo, aumento de la pobreza (también en el 1er Mundo, no nos libramos), mayor concentración económica en menos personas, guerras provocadas por dinero, desregulaciones, privatizaciones sangrantes, más de mil millones de hambrientos (¡!). ¿Esta era la globalización que nos daría pan a todos? Vamos hombre.

Mike dijo...

En efecto, si nos van a vender un supuesto equilibrio como lo que no es, mejor romperlo, aunque yo me refería más bien a un punto de vista estrictamente político y europeo, ¡si no apaga y vámonos!

Pero de cualquier forma todos estamos de acuerdo en que la balanza se está decantando en una dirección determinada que no acaba de convencer. No creo que los servicios públicos lleguen a desaparecer jamás, esto es impensable, pero sí podrían quedar relegados a un segundo plano demasiado alejado de las necesidades sociales.

Entonces, ¿escribes el post o qué? ¡Vamos a salvar el mundo!

Un saludo!