2006/08/23

Demostración científica: Ferrari F50 = un buen par de tetas, o "reflexión sobre las relaciones sexuales"

El sexo es, curiosamente, uno de los aspectos intrínsecos del hombre al que sin embargo solemos dotar de una importancia en demasía. Al igual que comer, dormir, u otras cosas menos elegantes, el sexo es algo que comparte desde un gato hasta un mosquito, pasando por todo tipo de animalillos que, con mucha seguridad, no se complican la vida para culminar el acto. Pero esta importancia desmedida no se da porque sí: el ser humano es muy complejo en sus relaciones, a todos los niveles y, de todos esos aspectos intrínsecos nombrados, el sexo es el único que debe, obligatoriamente y al menos para ser culminado como en teoría se espera, contar con otro individuo. Es por esto que para los humanos el sexo es algo más delicado que comer o dormir, por ejemplo: mientras que para estos aspectos hemos refinado normas, inventado reglas y establecido unos baremos, son muchos, sabios y necios, quienes sostienen que para el sexo ni hay recetas mágicas ni normas a qué atenerse. Y todo por una cuestión de relación... ¿no es maravilloso?

Personalmente, si pudiera reencarnarme, lo haría en pájaro, de cualquier tipo. En el reino de las aves, los machos son más fuertes, tienen más colores, son más hermosos, pero lo mejor de todo... ¡son ellos los que se ponen a canturrear a la espera de que lleguen las hembras! Ay, qué maravilla: te pones a silbar en una esquina y te encuentras, de pronto, con cuatro hermosuras disputándose tan codiciado bocado. Debo admitir también que, dada mi naturaleza mamífera, tampoco me hubiera importado ser algún tipo de perro, león, hipopótamo o lo que sea: en este caso al menos contaría con mi fuerza y muy probablemente me impondría fácilmente sobre otros machos merodeantes para llevarme a la hembra de calle.



Pero en la naturaleza humana, los instintos primarios están tremendamente influidos por las reglas sociales. De poco me sirve ser rápido, si puedo ser mayor. De poco me sirve ser resistente, si puedo tener influencias. De poco me sirve ser fuerte, si puedo ser rico. Estas son, en mi opinión, las tres fases por que pasan las mujeres en la búsqueda de su Cáliz Sagrado: la seguridad. Es habitual ver a chavalinas pequeñas derritiéndose por el típico mayorzote que ni las mira. O a adolescentes que se pirran por el más guay de la pandilla. O, en definitiva, a mujeres que caen rendidas ante un buen coche, a saber. ¿Entonces, qué nos queda de esa supuesta herencia animal? Algo, desde luego, que compartimos tanto hombres como mujeres: el gusto por el atractivo físico. Pero incluso esto es muy relativo, dependiendo de épocas y regiones, incluso este principio básico se ve filtrado por la sociedad y por consiguiente, por sí solo, difícilmente baste para llevarse el gato al agua... o tal vez no.

Empezaría a hablar aquí del supuesto materialismo de los hombres y de aquel que profesan las mujeres, en secreto, pero hasta niveles que, en mi opinión, rozan lo ridículo. Es cierto que un hombre, tras ver un buen par de tetas o un culo respingón, cae rendido... PUNTO. Las mujeres, como ellas mismas sostienen, tal vez no otorguen tanta importancia a estas cuestiones, que también, pero... ¿significa esto acaso que su siguiente peldaño en la búsqueda del hombre ideal se fundamenta en la inteligencia, los principios, o la simpatía? NO. Para las mujeres es diferente: realmente puede decirse que un hombre, por detrás de la fachada, no busca más que, en definitiva, a una buena persona. Las mujeres, aunque tienen la capacidad objetiva de discernir estas virtudes, suelen librar a menudo una batalla interior entre la consciencia y la irracionalidad: entre esa parte lógica que les hace identificar a una buena persona como tal, y esa parte animal, deformada por las reglas sociales, que le hace buscar al rico, al altivo, al distante, al jefe, al malo... en definitiva, a todas esas cosas ya nombradas y que en esta extraña sociedad han llegado a identificarse como símbolos, en fin, de seguridad, la codiciada Piedra Filosofal. Por tanto, si aun se entiende lo que digo, me permitiría adjuntar el siguiente esquema:

Hombre: Fase 1- Atractivo físico (herencia animal primaria, no obstante influida) > Fase 3- Búsqueda de la persona (fase puramente humana y racional).

Mujer: Fase 1- Atractivo físico (herencia animal primaria, no obstante influida) > Fase 2- Búsqueda de la seguridad (deformación de la Fase 1 en función de la complejidad social, pues hoy en día el físico no basta en este sentido = ruptura con la naturaleza = fase problemática) > Fase 3- Búsqueda de la persona (fase puramente humana y racional).

No es fácil ser mujer, como salta a la vista. El problema para ellas radica en que la Fase 2 y la Fase 3 a menudo chocan entre sí de forma radical. ¿Por qué? Acabamos de topar con el enigma fundamental. Si sigo escribiendo y lo resuelvo, esta noche me acostaré con una sonrisa de oreja a oreja y vosotros, queridos lectores, tal vez hayáis aprendido algo más sobre la vida. Pero mientras sigo redactando, una sonrisa se desdibuja en mis labios a medida que vislumbro la salida del túnel y es que donde está el chulito, el forrado, el sinvergüenza, el cabecilla o el distante, muy problemente se encuentra, paradógicamente, el inseguro. ¡Ahhhhhh, toma ya! Ahí estamos: quien basa su aplomo, su presencia, su imagen, en definitiva, en estos aspectos, muy probablemente ande escasísimo de verdadera seguridad personal, de reflexión, de autoconfianza, de percepción y de una moral elaborada. Podría decirse, en pocas palabras, que las mujeres quisieran para ellas un modelo masculino fundamentado en Fase 1 > Fase 3, pero se topan de forma inesperada con un muro llamado Fase 2 que no acaban de discernir de forma lógica (obviamente, pues no lo es) y que les hace perder el hilo final de su propia racionalidad. Se chocan, en definitiva, con un rasgo puramente instintivo, tan maquillado por la evolución de la sociedad humana, que confunden la con la razón. En relidad es un pez que se muerde la cola: cuando una mujer sale traumatizada de relaciones con personajillos, sale también más insegura, y vuelta a empezar. Ahora mirad atentamente el esquema de nuevo: podría decirse que, donde para el hombre sólo está la Fase 1, para la mujer está la Fase 1 y 2, que en realidad beben de las mimas fuentes. Por lo tanto, y esta es la idea final, la solución, la respuesta, que me siento muy orgulloso de poder dar: se podría afirmar, sin miedo a equivocarnos, que para una mujer es tan difícil ignorar esos rasgos tan característicos de la Fase 2 como para nosotros lo es no fijarnos en una chica preciosa con unas tetas de ensueño bajo un generoso escote. En definitiva, tan difícil puede ser para ella el no fijarse en un Ferrari, como para él en un buen culo brillante y realzado por un tanga diminuto. Si me estás leyendo, chico, probablemente ahora entiendas muchas más cosas. Y si eres tú, chica, tal vez estarás pensando que también tú te fijas en un buen culo: no lo dudo, pero no de la forma que hacemos nosotros, precisamente porque guardas un espacio igualmente importante para otras cosas que tú crees fundamentales y, en verdad, no son sino la mayor fuente de banalidad (y te lo dice alguien que tiene un Corvette). Por tanto, muchacha, te invito, inteligente como eres, a que por una vez hagas la prueba: si te centras en la persona de verdad y pasadas las semanas no estás feliz como unas castañuelas, te devolvemos el dinero. Piénsalo bien: ¿Por qué un tipo, aparentemente soso, se vuelve interesante si tiene novia, y no digamos si la novia es amiga tuya? Por una simple cuestión de seguridad: "si es bueno para mi amiga, lo será también para mi". Anda, hazte un favor no sólo a ti, sino a todo el sector de los "bondadosos y gilipollas" y danos una muestra de confianza... estoy seguro de que no te arrepentirás.



Naturalmente, no pueden elaborarse reglas universales y existirán sin duda muchas excepciones: chicas que andan buscando pedazos de pan, tíos caza millonarias, o personas que quieren lo que todos, pero lo perciben de forma completamente diferente. En cualquier caso creo, en definitiva, que la cuestión ha sido bien abordada. ¿Cómo entonces acabamos ligando todos, más o menos? Por dos vías fundamentales: A- Tipos que, siendo buenas personas, dan una apariencia equivocada y, paradójicamente, atraen a las mujeres. Al poco tiempo cae el velo, pero a ellas no les importa, porque han conocido a la persona de verdad, han llegado a la ansiada Fase 3. Y creedme, en este sentido os hablo por la voz de la experiencia y me duele que chicas me hayan podido decir "¡Dios, eres un tío genial" mientras yo he pensado "Ya, y te fijaste en mi porque parecía un chulo despreciable". B- Este caso se da más bien por desgaste en mujeres de edad avanzada, o en mujeres jóvenes de gran autoconfianza (caso más raro). Aunque el ser humano, según dicen, es genuino en tropezar varias veces con la misma piedra, llega un momento en que se aprende la lección, quieras o no: es por eso que muchas mujeres, llegadas a una cierta edad, omiten voluntariamente la Fase 2, como si nosotros ingnorásemos ese gran culo flácido y fofo al vernos definitivamente solos. Si se me permite el símil y siguiendo con mi teoría, al igual que nosotros podemos llegar a descubrir el gran polvo que se puede echar con una mujer de grandes nalgas, igual ellas descubren que, detrás de ese hombre aparentemente gris, se escondía un tío lleno de sorpresas.



Me quedarían muchas cosas por decir, como por ejemplo, explicar el por qué de esa supuesta inseguridad en las mujeres. En realidad, aunque ahora no pienso abordar el tema, baste una pista: la sociedad. Es la sociedad, presuntamente machista, quien ha llenado a las mujeres de mierda, hasta el punto de haber distorsionado sus propios sentidos, que manda cojones. Ejemplos: la pretendida ambiguedad sexual de las mujeres, producto en buena parte del morbo masculino. Imaginad que, para excitar a las tías, tuviéramos que insinuar que no nos importaría comernos un rabo, o tomar viento... Jooodeeer. De hecho, si en la naturaleza exisisten tendencias bisexuales, vienen de parte de los machos, eso seguro. O la silicona... ¡imaginad que para gustar a las chavalas nos tuviésemos que hinchar los huevos! Y como esto, una lista interminable. Por otro lado, la inseguridad es también algo natural, relacionado con la función de madre, pero igualmente no voy a explicarme. De hecho, en realidad, para cimentar este artículo nos basta saber que, en definitiva, es lo que hay y punto. Sin embargo, reflexionemos: inseguridad por partida doble... ¡realmente no tenemos derecho a echarles nada en cara! Y otro apéndice final: si estás leyendo esto, lector masculino, y no quieres esperar a los 30 para que una mujer se fije en ti, además de no creer ni por asomo que la ansiada muchacha te puedan llegar a confundir con lo que supuestamente busca, no desesperes, existen excepciones, como te he dicho, y si no, te encomiendo a que leas mi artículo especial sobre "Jackie el Osito y el Oso Polar", otro gran descubrimiento.

Un saludo!

8 comentarios:

Serge dijo...

"... imaginad que para gustar a las chavalas nos tuviésemos que hinchar los huevos!"

Debe ser que no, yo conozco más de uno que los tiene bien hinchaditos y no se come una rosca...jeje

Muy bueno ese símil del Ferrari, lo que está claro es que un tío con Ferrari liga más que uno sin él, se cabreen las mujeres por decirlo o no.

Mike dijo...

Parece obvio, pero yo creo que es una reflexión muy interesante: todos conocemos los tópicos del cochazo, la pasta, el sinvergüenza y demás, pero tal vez no acabábamos de entender el por qué... hasta ahora :-)

Ramsey dijo...

Muy divertido el texto :) Estoy de acuerdo contigo en que TODO se reduce a cuestiones de inseguridad. Creo que el ser humano, por definición, es inseguro, tanto hombres como mujeres. El problema es que está sociedad es machista, y hace que la mujer viva en ella, lógicamente, con mayores inseguridades, y que además busque la seguridad en aquello que, efectivamente, se le vende. Luego estamos los tíos, que, siendo igualmente inseguros, tenemos a la misma sociedad diciéndonos que debemos ocultar emociones y ser unos chulos del quince para "triunfar" -y, además, triunfar no consiste precisamente en llevar una buena relación...-

Pero, saliéndome de las generalizaciones, sé que no todo el mundo es así, y también que con la edad la gente -vaaale, alguna gente- percibe esas cosas y cambia. Lo patético sería comprender estos procesos y seguir enfangado en ellos. Y no utilizo la palabra "enfangado" gratuitamente: mirad todas las definiciones que figuran en el DRAE, ya que a todas me refiero.

Bye!

Mike dijo...

Joder, pues a ver si tienes razón y cualquier chica que lea este texto entiende realmente como es manipulada por tanta tele, tanta moda y tanta mierda, porque lo realmente grave, creo yo, es que por mucho que se entienda, si no quieres cambiar... ¡y dudo que lo hagan! Pero bueno, ¿acaso vamos a hacerlo nosotros, los hombres? Más de lo mismo, el peso de las costumbres es demasiado fuerte, especialmente cuando van maquilladas sobre el instinto, como en este caso.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Me gustaría decir que quiero un novio con Ferrari, pero siento salirme de tu generalización, prefiero el par de tetas. No me gustan los Ferrari, empezando por k son italianos, peor ese es otro tema….
¿Realmente crees que las relaciones sexuales en los animales no son complicadas? Se me ocurre pensar en los leones marinos que acaban con millones de heridas tras una pelea por una hembra, o en los ciervos, que le den a uno con esa cornamenta debe de doler y hablando de aves, a tu foto me refiero, los pobres pavos reales que tienen que llevar a cuestas toda esa parafernalia…. Creo que no es solo cantar y que haya cuatro hembras esperando, de hecho normalmente es una hembra y varios machos cantando y/o bailando para ella…
Pero no es el apareamiento del cuco lo que me importa. Estoy de acuerdo con Ramsey en lo de la Seguridad, este es el TEMA.
Cuando el hombre aún vivía en las cavernas todo se compartía, pero si tenías la suerte de estar con un miembro fuerte del clan dispondrías de más alimentos y si encima tu hombre era amigo del chamán, sabías que tus hijos siempre iban a estar bien cuidados.
¿Qué busca el hombre? Procrear, la perpetuidad de la especie…, de ahí su obsesión por el sexo?!
¿Qué busca la mujer? Procrear, la perpetuidad de la especia…, de ahí su obsesión por la seguridad?!
Volvamos a las cavernas. El hombre se aparea, busca alimentos (gran caza, pesca,…) y protege al clan (guerras,…). La mujer se aparea, busca alimentos (pequeña caza, semillas, frutos,…) y protege al clan (cuidado de niños, cocina de los alimentos,…). En definitiva todo se reduce a lo mismo.
Hoy en día nos apareamos (con precaución si queremos), buscamos alimento (trabajo) y protegemos al clan. La diferencia es que el modo de hacerlo ha cambiado. El hombre ya no tiene que proteger su casa, se la protegen (policía, leyes,…); y desde la incorporación de la mujer al trabajo ya no es él el único que busca alimento y ahí está el quid de la cuestión.
A la mujer ya no le sirve el hombre que proporciona alimento, se lo proporciona ella sola, ni el que le protege de los enemigos, ya lo hacen las fuerzas del estado. Entonces, ¿Qué busca la mujer? Pues lo que busca la mujer sigue siendo lo mismo: la Seguridad, pero la formula para encontrarla a cambiado, ahora hay tantas formulas como mujeres en el mundo.
¡Claro que existe la fase 2! Pero es que está mal colocada, la fase 2 es en realidad la fase 3 en ambos casos. La ‘fase 2’ es la meta, la búsqueda de la seguridad es la meta de las relaciones. Es apoyarse en otra persona, compartir y no sentirse solo. Y creo que eso lo compartimos hombres y mujeres, lo que cambia es el modo de conseguirlo de ambos, no la meta.

Fase 1: Atractivo físico
Fase 2: Búsqueda de la persona
Fase 3: Búsqueda de la seguridad.

¿Y que cosas son hoy en día las que dan seguridad? Pues muy a mi pesar: el dinero. Este es el mayor factor, pero claro teniendo en cuenta la edad varia mucho. Si un adolescente tiene dinero es porque sus padres lo tienen lo que no garantiza que él lo vaya a tener. Puede que el chico no llegue a heredar o que herede con 50 años, o que se lo funda todo en 1 año. Si el chico está en la universidad es el mismo caso anterior y si el chico trabaja y gana su dinero, entonces si, ese seria un gran partido.
Pero claro, el ser humano es ambicioso y se cree que la cantidad es mejor que la calidad (eso va por la silicona y por el ¿tamaño importa?) y que alguien con mucho dinero va a otorgar esa seguridad.
Terminando con mi opinión personal, la seguridad no te la da el número de ceros de una cuenta corriente, sino la CAPACIDAD para buscar alimentos y para proteger al clan. Es decir, si cae la bolsa ¿Qué pasa con los ceros?! Para mí, la seguridad te la da alguien que tiene CAPACIDAD de alimentar y de proteger en cualquier situación, ya sea Madrid 2012 o Roma 1 a.c.

Mike dijo...

Bueno Patricia, se agradece mucho el punto de vista femenino. No dudo que tú no te sientas atraida por los Ferrari, o que no seas muy amiga de los italianos (ya tenemos algo en común); y es que dejemos una cosa clara: chicas y chicos los hay de todos los gustos y colores, esa debería ser la base de todo discurso.

Pero creo que tú hablas de una seguridad final, que en efecto existe, a un nivel más bien intelectual; es decir, el compartir las cosas con alguien, contarle los problemas y las ilusiones, sentirse querido y querer, plantearse un futuro en común... Todo esto es indiscutible, pero en mi artículo no intento definir esto, sería más bien algo característico de la "Fase 3".

La seguridad de que hablo, si se ha entendido bien cuanto digo, es una seguridad puramente instintiva; y en este sentido la policía no te da garantías, seamos realistas, vamos, ¡que no vas a llevar una vida más provechosa para ti o tus hijos por la pasma!

Sobre que las mujeres también obtienen alimento, por raro que nos parezca, esto es cierto sólo de un tiempo a esta parte, pero antes, con el inmenso grueso de las mujeres en casa, las cosas ya estaban bastante revueltas en torno a relaciones y demás.

Creo, en definitiva, que mientras los hombres tenemos la suerte de que nuestra seguridad se mantiene desde el origen de los tiempos (mujer hermosa, buenos pechos, generosa de caderas, paridora nata...), a las mujeres ya no les basta el tipo grande, peludo, de grandes colmillos y gruesas zarpas amarillentas... ¡y apuesto a que mientras lees me entiendes perfectamente! Esto es, en definitiva, una simple cuestión de percepción.

Bueno, estoy exagerando, pero confío en haberme explicado. De todas formas, tienes toda la razón en una cosa: conforme más se alcanza una condición de igualdad en derechos y deberes, quiero creer más nos vamos acercando a una igualdad sexual, bien entendida claro. Eso sí, nos queda un buen trecho...

Y otro apunte, la "seguridad instintiva" de que hablamos no la da solo el dinero, ojo. Esa CAPACIDAD de que hablas, muy a menudo, se confunde con el típico sinvergüenza, chuleta, distante, etc.

En fin, muchas gracias por tu comentario, en breve voy a escribir un artículo sobre la hipocresía masculina en este sentido, es decir: cómo pedimos a gritos que las cosas sean de una determinada manera y, cuando llegan, nosotros mismos nos vemos coaccionados por el peso de la sociedad. Ya ves, una de cal y otra de arena ;-)

Un saludo!

Ramsey dijo...

Estoy de acuerdo en algo básico que ha dicho Mike: todo es "una simple cuestión de percepción".

Yo, como habréis notado, no hablo demasiado de este tema, y es por una sola razón: me parece una presunción explicar el comportamiento femenino, o el masculino, como si todos -o casi-fuéramos iguales o reaccionáramos de la misma forma. También por eso -y porque siempre me gusta soltar alguna "perlita" :)- mi intervención se reduce a opinar que vivimos en un entorno machista, más hostil hacia lo femenino, y que uno de los motores vitales del ser humano es la inseguridad; cómo se manifiesta es ya otra cuestión.

Que quede claro que no reniego de las generalizaciones -faltaría más, todos tendemos a generalizar, ¡mola!-, pero si hay que escribir seriamente sobre temas complejos y polémicos que conozco sólo en parte, prefiero abstenerme y dejar espacio a aquellas personas que se dedican a estudiar -en este caso- el comportamiento humano.

Resumiendo: mi punto de vista es que una cosa es divagar en plan chorra -algo muy divertido-, y otra que pretendamos sentar cátedra sobre asuntos que, en nuestro caso, se reducen en gran medida a una "simple cuestión de percepción", o, en otras palabras, a prejuicios.

Os besa la mano,

Ramsey

Mike dijo...

Amén.

Un saludo!