2006/10/28

Las leyes fundamentales de la estupidez humana

Leyendo acerca de personas buenas, tontas, y demás especímenes, he recordado las sabias palabras de un historiador que, de vez en cuando, escribe algún desvarío muy a tono con los de este blog. Se llama Carlo M. Cipolla (sí, Cipolla, qué gracia, jajaja :P), y aquí os enumero sus "leyes fundamentales de la estupidez humana", mientras rezo para no ser denunciado por la SGAE y confirmar así que soy estúpido.

Primera Ley Fundamental:

Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

(esto se debe a que, por muy elevada que sea la estimación, siempre nos quedan estúpidos en el tintero, a saber: personas que nos parecían inteligentes y racionales, de pronto se revelan estúpidas; también, de forma constante e inesperada, aparecen estúpidos que entorpecen y obstaculizan nuestras actividades)

Segunda Ley Fundamental:

La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

(arquitectos, filósofos, ingenieros atómicos, premios Nobel, pueden ser estúpidos en la misma proporción que cualquier otro colectivo)

Tercera Ley Fundamental (ley de oro):

Una persona estúpida es alguien que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

(Cipolla categoriza a los seres humanos en 4 bloques mezclables: incautos, inteligentes, malvados y estúpidos. Respecto a esta última ley, explica que las personas racionales reaccionan ante ella, por instinto, con escepticismo e incredulidad, ya que les cuesta imaginar y comprender un comportamiento irracional. Pero ello no evita que nuestra vida esté salpicada de situaciones en las que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de las dudosas acciones de algún absurdo ser al que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre provocarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que vaya a ganar absolutamente nada con sus actos, pudiendo, incluso, salir perjudicado. Sólo existe una explicación en ese caso: la persona en cuestión es estúpida).

Cuarta Ley Fundamental:

Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

(a lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta la Cuarta Ley Fundamental y esto ha ocasionado pérdidas incalculables para la Humanidad)

Quinta Ley Fundamental:

La persona estúpida es la clase de persona más peligrosa que existe.

(corolario de esta ley: el estúpido es más peligroso que el malvado)

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¿Desea saber más? Busque Allegro ma non troppo, de Carlo M. Cipolla, libro que contiene, además, un interesante estudio sobre pimienta, sexo y desarrollo económico en la Edad Media.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jejejejejej cipolla...
rima con regadera




yo soy estupida...es una forma de vida...

Mike dijo...

Como decía mi sabio abuelo: "estoy rodeado de memos. ¿Yo? El más memo de todos...".

Un saludo!

Mike dijo...

Por cierto, que cipolla en italiano es cebolla, ¡siento decepcionaros!

Un saludo!

Nash dijo...

Sólo quiero manifestar mi admiración pública hacie el señor Cebolla (que por cierto también rima con regadera).

La definición de persona estúpida es tan lúcida como universal. Nos alcanza a todos. Sólo los aprovechados, trepas, parásitos y similares quedan a salvo de la estupidez. Irónico, ¿verdad?