2007/01/28

Cuento chino

(Basado en hechos reales)

Había una vez un niño chino.(comienzo clásico y eficaz) El niño, que además de ser chino era de origen asiático (redundancia poética), contaba sólo con cuatro años. Este niño chino de cuatro años de origen asiático (más redundancia) y cuyo nombre no desvelaremos para preservar su intimidad (porque el cuento está basado en hechos reales), fue un día a una granja con su padre, repartidor de butano que tenía que llevar unas bombonas y de pasó quiso llevar a su hijo a ver cómo vivían los animalitos antes de ser transformados en comida rápida(chiste supergracioso).

En el gallinero vio una cajita que contenía 443 pollitos. Eran 443 pollos amarillos con su piquito y sus alitas y decían pío, pío y eran muy entrañables porque eran pequeñitos (intento de crear un nexo emocional con los personajes).

El níño chino miraba los pajaritos y pensaba cómo jugar con ellos. Cogió un pollito con sus delicados deditos y lo acarició(paja de relleno), mirando cómo el pollito cerraba sus ojos y se regodeaba con las cosquillas que el niño chino le hacía. Cogió otro pollito y acordándose de lo que le había contado su papá de cómo se distinguía entre un pollito y una pollita le separó las patitas y sopló(sutil alusión al sexo). Dos plumas salieron y le rozaron la nariz haciéndole estornudar, y el niño chino se rio (calma previa a la tempestad, como cuando en Independence Day Will Smith ejerce de papá ideal con su mujer stripper y el perro).

Acercó su carita a la caja y los siguió observando. De repente, un perro irrumpió en el galllinero ladrando(tensión dramática). El niño, asustado sollozó y al ver que su padre tardaba en llegar inspiró muy hondo y se guardó el aire. Inspiró e inspiró hasta que sus pulmones estaban bien llenos. Entonces soltó todo el airé con un grito agudo (Clímax) El berrido del niño hizo que el corazón de muchos pollos se parara en seco de golpe. El gutural azote del chino (de los cojones) hizo que los demás pollos intentaran huir, pero la caja era muy alta para ellos y no podían salir,pisándose unos a otros. Unos murieron asfixiados por la melé de pollitos, otros aplastados y otros desangrados (un poco de gore) por las heridas provocadas por las pezuñas y los picos de sus compañeros.

Cuando el papá del niño chino entró con el granjero, no quedaba un solo pollito vivo en la caja. El granjero se enfadó mucho e hizo pagar al papá 100 dólares por el destrozo (desenlace).

El teletipo que cubría la noticia fue el siguiente (adorno innecesario):

Un niño de tan sólo cuatro años mató a 443 pollos en un pueblo de Jiangsu (provincia del este de China) usando únicamente su potente voz (EFE)

Todos los cuentecillos tienen una pequeña moraleja(retórica de baratillo), y este también. Pero en vez de contar primero el cuento y luego la moraleja en esta ocasión lo he hecho al revés(intento de dignificar la chapuza que hemos escrito-plural de modestia-).

Moraleja: Léase el post anterior y sus subsiguientes comentarios(guiño).



Me voy a sobar.

2 comentarios:

Ramsey dijo...

Así me gusta, transformar la realidad en cuentos, y nuestros delirios esquizoides en moralejas. De esta forma, y poco a poco, convertiremos Teorizen en la secta apocaliptista que todos deseamos :)

Y por si alguien tiene dudas acerca de la veracidad de la historia, aquí podéis leerla en toda su ridícula plenitud:

http://www.elpais.com/articulo/gente/nino/chino/anos/mata/443/pollos/gritos/elpepugen/20070125elpepuage_2/Tes

Mike dijo...

Lo mejor de todo es que no son pollitos amarillos, sino pollos, aun más gore.

Un saludo!