La zorra contra el mundo, o el enigma del acero revelado

Vamos a recuperar un artículo de la serie "Sex'n Sexuals" que ya mencionara tiempo ha. Demasiado hemos soportado las críticas proferidas por felones intelectuales hacia esa criatura bendita, musa del amor, diosa de las noches de pasión, de los tórridos encuentros nocturnos, guardiana de las puertas y los cetros... que es la popularmente conocida como zorra, fresca, ramera, perra, guarra o ¡puuuutah!

Y es que, señores lectores, no hay derecho hombre, ¡basta ya! Desde aquí quiero elevar un grito en defensa de la zorra. Ya he venido acusando una serie de actitudes hipócritas, conducidas tanto por hombres como por mujeres, en detrimendo de este colectivo tan viejo como la gran zorra de Eva. Se habla de que, antaño, la prostitución o conducta promiscua (no pretendo, ni mucho menos, equipararlas) era popularmente aceptada, pero esto es sólo relativo: baste leer los clásicos griegos o romanos, a los que tanto se evoca, para encontrar algunas feroces críticas a actitudes consideradas deshonrosas. Por tanto, cuando más cuando menos, lo cierto es que la zorra ha sido atacada desde el origen de los tiempos... y ha sobrevivido.

En efecto, la zorra es una superviviente natural, una luchadora incansable, una ciega defensora de sus creencias. ¿Cómo es posible que, siendo señalada con el dedo por todo el mundo, la putilla se mantenga en sus trece, inquebrantable cual rama de nogal? Querido lector, aquí encuentra la zorra su poder: en el rechazo. Esto merece ser explicado, pues supondría quizás algo excepcional en este mundo.

A las mujeres, desde que nacen, se las llena de chorradas, en mayor o menor grado dependiendo de culturas, religiones, localizaciones o eras. Esto es debido, ni más ni menos, a que el hombre manda y ha mandado siempre; para perpetuarnos en el poder, los hombres aprovechamos esta inercia histórica y, en su aderezo, manipulamos a las mujeres desde que son niñas y reciben como regalo su primera muñequita que se hace caquita y hay que limpiarla... ¡qué díver! En realidad, esto es puramente inconsciente: nadie pretende ejercer el dominio ni ser sometido, simplemente es así. Ahora, cuando supuestamente vemos como las mujeres reclaman sus derechos legítimos, vivimos en tiempos especialmente machistas, pero bueno, esta es otra historia...

Decía por tanto que a las mujeres se las llena de trabas desde su más tierna infancia; una de estas trabas es la educación sexual, que las conduce por senderos de castidad con conceptos como "entregar la flor" al príncipe azul. Por otro lado, a los hombres se nos alienta a ser muy machos cuanto más copulemos. ¿Os dais cuenta??? ¿Quién ha hecho esto??? Así que, se supone, las mujeres deberían hacerse de rogar hasta encontrar al hombre ideal y AQUÍ SURGE EL PAPEL DE LA PUTA: la llamada zorra es una mujer que, por el motivo que sea, ha decidido voluntariamente ignorar estas enseñanzas y escuchar más bien a su instinto, como cualquier hombre. Es decir, la puta se ha liberado y encontrado el camino hacia la verdadera igualdad sexual.

Esto es algo que odian las demás mujeres, esclavas de las cadenas machistas que las fueron estrangulando desde niñas. En su camino hacia la madurez, realmente han olvidado si son como creen, o creen lo que son: "yo no me he masturbado nunca". ¿Quién no ha oído eso en boca de una chica? Pero lo más inquietante, ¿será verdad? Ante la puta, el grueso de mujeres se aferran con uñas y dientes a la idea del príncipe azul, ese hombre especial que realmente merece la pena y jamás se fijaría en la fresca de turno... ¡cuán craso error!

Mujeres del mundo, escuchad nuestro gran secreto al descubierto, el fundamento de los machos, el enigma del acero revelado: A LOS HOMBRES NOS GUSTAN TODAS, o casi. A ver, si a vosotras os enseñan a escoger al hombre ideal y a nosotros a ser muy machos copulando mucho, ¿acaso no debemos ceder ante el peso de la sociedad como vosotras? Esto es algo que se dice a gritos y abiertamente, pero a mi me hace mucha gracia, porque con los años he llegado a la conclusión de que las mujeres no pueden grabar esto en sus meninges. Es tan simple que les sobrepasa: su educación sexual ha ido por derroteros tan alejados, que es como entender el chino mandarín, de alguna forma se sabe que es un idioma, pero poco más.

Cuando la zorra, que teníamos aparcada, se acerca a ese supuesto príncipe azul, ante el cual la chica habitual se pavonea, juguetea, provoca, seduce, etc., y le dice "qué bueno estás y qué polvo te echaba", el mundo de la mujer se destruye completamente: en sus creencias más arraigadas, quiere pensar que ese chico que ha caído ante la zorra no merece realmente la pena, pero esa parte racional casi dormida le sugiere que cualquier chico sucumbiría, que en este sentido nadie va a esperar a que se decida a abrirse de patas si otra lo pone más fácil. Y la zorra es apaleada, especialmente por las mujeres, pero también por muchos hombres débiles, tachada de todo tipo de obscenidades morales... ¿porque se ha querido expresar sin tapujos? ¡Qué hipocresía!



Entonces, ¿por qué encuentra la puta su poder en las críticas? Porque ha sobrepasado la barrera: ve el mundo femenino y se ríe; a veces se encuentra algo sola, pero es totalment consciente de que ha roto esas cadenas que intentaban maniatarla desde niña. De hecho, el machismo más terrible, en la humilde opinión de este hombre que escribe, es hacerle sentir a la mujer que tiene la sartén por el mango a la hora de echar un polvo... ¡qué obscenidad! ¿Os dais cuenta, queridos lectores? ¿Quién no ha oído "más tiran las tetas que dos carretas", por ejemplo? Es decir que el PODER de la mujer sobre el hombre consiste en dejar que le metan la colita en la entrepierna... ¡Cómo si a ella no le gustara o debiese gustar, horror! La zorra ha entendido que esto es digno de un ser sin inteligencia alguna y, al igual que los hombres no se van pegando para copular, ella tampoco decide entrar en el juego de calentar cuando es la primera interesada en pasar un buen rato. La zorra, en definitiva, ha adquirido una conducta sexual libre y eso, no lo dudéis, es la base de la igualdad entre hombres y mujeres... lástima que las demás chicas no lo entiendan y se limiten a bramar, como si esas cadenas las apretasen más y más.

La zorra no suele ser especialmente guapa. Precisamente porque no siente ese falso dominio sobre el hombre que le han enseñado debe ser su fuente de autoestima (mover el culo, llevar escote...), es por lo que consigue evadirse de las convenciones hipócritas y ser librepensante. De ahí el tópico, no totalmente desencaminado, de que la guapa es tonta: nunca ha necesitado pensar mucho. Sin embargo el hombre guapo no es tonto... estas cosas deberían hacer pensar. La puta tampoco es fea, pues no podría consumar su zorrez natural, basada en el reclamo puramente físico. Es, en definitiva, una chica normal y muy maja, con sus problemas como todos, pero libre de tanta hipocresía.

Desde aquí quiero declarar públicamente mi solidaridad con todas las zorras, no saldrán de mis labios críticas a sus decisiones, las quiero a todas. No confundir con las zorras hijas de puta, que son algo así como un bodrio cínico de puteo y complejos.

Un saludo!